Los diplomáticos internacionales reaccionaron con cautela el lunes ante la perspectiva de que el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) tome el control de Siria tras la caída del presidente Bashar al-Assad. HTS tiene sus raíces en la rama siria de Al-Qaeda y está proscrita como organización «terrorista» por los gobiernos occidentales. Aaron Y. Zelin, investigador principal del Instituto Washington para la Política del Cercano Oriente, dice que el gobierno de HTS en Idlib no era una «democracia liberal bajo ningún concepto».
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