Estados Unidos ampliará su preparación militar y vigilancia en el Ártico dado el creciente interés chino y ruso junto con los nuevos riesgos que genera el acelerado cambio climático, dijo el Pentágono en un nuevo informe.
Se necesitan medidas “para garantizar que el Ártico no se convierta en un punto ciego estratégico” a medida que el derretimiento del hielo hace que la región sea más accesible económica y militarmente, según la Estrategia para el Ártico 2024 del Departamento de Defensa publicada el lunes.
«Hemos visto una creciente cooperación entre la República Popular China y Rusia en el Ártico a nivel comercial, siendo la República Popular China un importante financiador de la explotación energética rusa en el Ártico», dijo a los periodistas la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, utilizando una abreviatura de la República Popular China.
El Pentágono también dijo que necesita un mejor modelado y pronóstico del entorno rápidamente cambiante para prepararse para un posible combate en condiciones cada vez más impredecibles tan al norte.
China, aunque no es una nación del Ártico, está intentando ganar influencia, acceso y “desempeñar un papel más importante en la gobernanza regional”. Opera tres rompehielos en la región para investigaciones civiles y militares y ha probado vehículos submarinos no tripulados y aeronaves de ala fija con capacidad polar, según el Pentágono.
La importancia estratégica de la región también está cambiando a medida que el hielo marino se derrite, lo que significa que el estrecho de Bering entre Alaska y Rusia y el mar de Barents al norte de Noruega “se están volviendo más navegables y más importantes económica y militarmente”, según el informe.
Rusia ha reforzado en los últimos años su presencia militar en el Ártico reabriendo y modernizando varias bases y aeródromos abandonados desde el fin de la era soviética, mientras que China ha invertido dinero en la exploración e investigación polar.
Rusia tiene “una vía de acceso clara al territorio estadounidense a través del Ártico” y podría utilizar sus capacidades allí para impedir que Estados Unidos responda a las crisis en Europa o en la región del Indopacífico. Su infraestructura marítima también podría permitirle controlar la Ruta del Mar del Norte, incluso en zonas en las que no tiene pretensiones jurídicas, según el informe.
“El Ártico podría experimentar su primer verano prácticamente sin hielo en 2030, y la pérdida de hielo marino aumentará la viabilidad de las rutas de tránsito marítimo del Ártico y el acceso a los recursos submarinos”, afirma el informe.
“El aumento de la actividad humana elevará el riesgo de accidentes, errores de cálculo y degradación ambiental”, y las fuerzas estadounidenses “deben estar preparadas y equipadas para mitigar los riesgos asociados a posibles contingencias en el Ártico”.
Información adicional de la Agence France-Presse