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El poderoso sindicato de trabajadores de Túnez atacó la agenda política y económica del presidente el sábado, incluidas las elecciones de este mes, diciendo que ya no aceptará lo que llamó una amenaza a la democracia en su desafío más claro hasta el momento.
El sindicato UGTT dice que tiene más de un millón de miembros y ha demostrado ser capaz de paralizar la economía con huelgas. En ocasiones ha respaldado al presidente Kais Saied después de que tomó la mayoría de los poderes el año pasado, pero en otras ocasiones ha expresado una tibia oposición.
«Ya no aceptamos el camino actual por su ambigüedad y regla individual, y las sorpresas desagradables que esconde para el destino del país y la democracia», dijo el líder de la UGTT, Noureddine Taboubi, en un discurso ante miles de simpatizantes.
«No dudaremos en defender los derechos y las libertades cueste lo que cueste», agregó, en su crítica más fuerte hasta el momento al presidente.
Saied cerró el parlamento electo el año pasado y pasó a gobernar por decreto antes de redactar una nueva constitución que se aprobó este verano en un referéndum con baja participación, estableciendo elecciones para una nueva legislatura debilitada el 17 de diciembre.
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La mayoría de los partidos políticos están boicoteando las elecciones, diciendo que el nuevo parlamento no tendrá poder y criticando los procedimientos que ha decretado el presidente, que incluyen poner a la comisión electoral bajo su jurisdicción.
Taboubi dijo que las elecciones de diciembre «no tendrían color ni sabor» como resultado de la constitución de Saied y que la votación carecía de unanimidad nacional.
Los críticos del presidente han denunciado sus movimientos como un golpe de estado y han realizado repetidas protestas callejeras. Saied dice que sus acciones fueron necesarias para salvar a Túnez.
Aunque la UGTT ha expresado anteriormente su preocupación, no ha llegado a oponerse abiertamente a su agenda, excepto por una huelga en el verano por los salarios y los recortes de gastos.
Este año, cuando la economía empeoró, el nuevo gobierno que Saied nombró enfureció a la UGTT al proponer recortes de subsidios y la reestructuración de empresas estatales en un intento por un rescate del FMI necesario para evitar la bancarrota nacional.
«No acataremos los acuerdos secretos que tiene el gobierno con el Fondo Monetario Internacional y los trabajadores lo cumplirán», dijo Taboubi.
(Reuters)