El presidente Abdelmadjid Tebboune ha sido nombrado ganador de las elecciones presidenciales de Argelia, lo que le otorga un nuevo mandato al frente de la nación del norte de África rica en gas, cinco años después de que las protestas a favor de la democracia condujeran al derrocamiento de su predecesor.
En un resultado que sorprendió a pocos observadores a nivel internacional o en Argelia, la autoridad electoral independiente del país anunció el domingo que Tebboune había ganado el 94% de los votos, superando ampliamente a sus rivales, el islamista Abdelali Hassani Cherif, que ganó el 3%, y el socialista Youcef Aouchiche, que ganó el 2,1%.
Los funcionarios electorales informaron que menos de seis millones de los 24 millones de votantes del país habían acudido a votar el sábado, perpetuando las bajas tasas de participación electoral que empañaron el primer mandato de Tebboune y plantearon dudas sobre su apoyo popular.
Argelia es el país más grande de África por superficie y, con casi 45 millones de habitantes, es el segundo más poblado del continente después de Sudáfrica que celebrará elecciones presidenciales en 2024, un año en el que se celebrarán más de 50 elecciones en todo el mundo, que abarcarán a más de la mitad de la población mundial.
Durante toda la campaña, activistas y organizaciones internacionales, incluida Amnistía Internacional, denunciaron el clima represivo de la campaña electoral y el acoso y los procesos judiciales contra los miembros de partidos de oposición, organizaciones de medios de comunicación y grupos de la sociedad civil. Algunos denunciaron que estas elecciones eran un ejercicio de aprobación automática que sólo puede afianzar el statu quo.
Pero Tebboune y sus dos rivales instaron a la participación política e hicieron propuestas específicas a la juventud argelina, que constituye la mayoría de la población y sufre desproporcionadamente la pobreza y el desempleo.