El presidente chipriota, Christodoulides, pide más acuerdos migratorios con terceros países y busca normalizar las relaciones con Siria, al tiempo que subraya la necesidad de invertir en infraestructura para permitir el regreso de los sirios.
El Presidente Nicos Christodoulides de Chipre expresó su apoyo al establecimiento de acuerdos más estratégicos con terceros países para abordar las cuestiones migratorias.
En declaraciones a Euronews, el presidente chipriota afirmó que el acuerdo de la UE con el Líbano ha dado resultados. El acuerdo asignó ayuda económica a Beirut a cambio de cooperación para frenar la inmigración ilegal a Europa.
Christodoulides dijo que ahora está listo para discutir otras posibles soluciones, incluidos centros de retorno.
«Estamos dispuestos a considerar todas las opciones innovadoras. Pero opciones que también estén en consonancia con el derecho internacional humanitario», afirmó.
Según Christodoulides, el ACNUR debería estar junto al gobierno chipriota para garantizar que lo que se hace está «dentro de los límites establecidos y siempre dentro del marco de la legitimidad internacional».
Chipre es uno de los primeros países de la UE que impulsa la normalización de las relaciones con Siria para facilitar el retorno de los inmigrantes. Desde la guerra civil de 2011, muchos refugiados que huyeron al Líbano han intentado llegar a Chipre, situado frente a sus costas.
Pero el presidente chipriota está estableciendo algunas condiciones necesarias.
«No me refiero al régimen de Assad, donde nuestras posiciones son comunes. Pero eso no puede impedirnos discutir la posibilidad de que los sirios regresen a su país», afirmó el presidente.
«Para que esta gente regrese tiene que haber infraestructura, si no hay hospitales, si no hay escuelas, ni carreteras, esta gente no puede regresar».
Esfuerzos para reanudar las conversaciones con la parte turca
Christodoulides habló con Euronews pocas horas después de mantener una reunión trilateral con el secretario general de la ONU, António Guterres, y el líder turcochipriota, Ersin Tatar, con el objetivo de reiniciar las negociaciones sobre Chipre, siete años después de que las conversaciones en Crans-Montana terminaran sin un acuerdo de paz y reunificación.
«Si tenemos un Estado que no puede funcionar internamente, no podrá funcionar en lo que respecta a Bruselas, y en muchos de los casos incluso se crea un problema en Bruselas», dijo, explicando por qué esta cuestión sigue siendo crucial para la UE.
También insinuó que es de interés tanto para la UE como para Chipre que las conversaciones continúen y que se logren avances, añadiendo: «La posición común de la UE es que todos queremos ver avances en las relaciones euro-turcas. Este progreso también Depende de resolver el problema de Chipre».
Chipre sigue dividido tras la invasión de Turquía en 1974 y un golpe de Estado.