El primer ministro francés, Francois Bayrou, llegó el lunes al territorio de Mayotte, en el Océano Índico, para presentar un plan de recuperación tres semanas después de que el ciclón Chido causara devastación.
Bayrou, recientemente nombrado primer ministro, también actualizó el número de muertos a 39, pero pidió cautela, diciendo que el número final podría oscilar entre «unas pocas docenas y unos cientos».
Días después del ciclón, el prefecto de Mayotte, François-Xavier Bieuville, había advertido de la posibilidad de «varios cientos o incluso algunos miles» de muertes.
La visita de Bayrou sigue a la del presidente francés Emmanuel Macron, ya que algunos residentes de Mayotte han afirmado que el gobierno francés los había descuidado durante mucho tiempo. El primer ministro dijo que en enero se presentará al parlamento un proyecto de ley de emergencia destinado a reconstruir Mayotte en dos años.
Y dijo que las autoridades locales acordaron prohibir la reconstrucción de asentamientos informales, hogar de un número desconocido de inmigrantes de naciones africanas de la región que esperan llegar a Europa. Muchas de las casas improvisadas quedaron destrozadas por la tormenta.
Bayrou esbozó planes para restablecer la electricidad en todos los hogares a finales de enero, con el apoyo de 200 trabajadores y generadores de emergencia. Se espera que la producción de agua alcance los niveles anteriores al ciclón para el 6 de enero y que las mejoras en la red de distribución estén terminadas a mediados de 2025.
También anunció el despliegue de 200 antenas Starlink para comunicaciones de emergencia.
La educación también se enfrenta a perturbaciones, con muchas escuelas destruidas. Las clases se reanudarán el 13 de enero, con disposiciones especiales para los estudiantes que realizan exámenes. También se está considerando la escolarización temporal en Francia continental.
En Mozambique, también afectado por el ciclón Chido, el Instituto Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres afirmó el domingo que habían muerto 94 personas. La oficina presidencial de Malawi dijo que el número de muertos había aumentado a 13.