Desde entonces, la India ha evitado condenar explícitamente a Rusia y se ha abstenido de votar resoluciones de las Naciones Unidas que censuran a Moscú.
Pero la lucha de Rusia con Ucrania también ha tenido un costo humano para la India.
Nueva Delhi dijo en febrero que estaba presionando al Kremlin para que enviara de regreso a algunos de sus ciudadanos que se habían alistado para «trabajos de apoyo» con el ejército ruso, luego de informes de que algunos habían muerto después de ser obligados a luchar en Ucrania.
La profundización de los lazos de Moscú con China también ha sido motivo de preocupación.
Washington y la Unión Europea acusan a China de vender componentes y equipos que han fortalecido la industria militar rusa, acusaciones que Pekín niega rotundamente.
China y la India son rivales intensos que compiten por la influencia estratégica en el sur de Asia.
India es parte del grupo Quad junto con Estados Unidos, Japón y Australia que se posiciona contra la creciente asertividad de China en la región Asia-Pacífico.
PETRÓLEO Y ARMAS
Nueva Delhi y el Kremlin han mantenido una estrecha relación desde la Guerra Fría, y Rusia fue durante mucho tiempo el mayor proveedor de armas de la India.
Pero Ucrania ha agotado los suministros de armas de Rusia, obligando a India a buscar otras fuentes de armas, incluido el desarrollo de su propia industria de defensa.
La participación de Rusia en las importaciones indias de armas se ha reducido considerablemente en los últimos años, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo.
Al mismo tiempo, India se ha convertido en un importante comprador de petróleo ruso, proporcionando un mercado de exportación muy necesario para Moscú después de haber quedado aislada de los compradores tradicionales en Europa.
Esto ha transformado radicalmente los vínculos energéticos, permitiendo a la India ahorrar miles de millones de dólares y al mismo tiempo reforzar las arcas de guerra de Moscú.