Un consejo de transición creado para restaurar el orden democrático en Haití despidió a su primer ministro interino, Garry Conille, y lo reemplazará con el empresario Alix Didier Fils-Aimé, en una nueva señal de la escalada de agitación en la nación caribeña.
Se espera que la decisión, descrita en un decreto del consejo al que tuvo acceso Associated Press, se publique el lunes en el boletín oficial.
Haití no ha celebrado elecciones democráticas en años, en gran parte debido a los crecientes niveles de violencia de las pandillas. La reorganización es el último golpe a la estabilidad política en el país, que ha visto a bandas armadas hacerse con el control de la mayor parte de la capital, Puerto Príncipe, y expandirse a regiones cercanas, alimentando el hambre y obligando a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares.
El apoyo internacional prometido aún está retrasado y las naciones cercanas han deportado a inmigrantes haitianos de regreso al país.
Didier Fils-Aimé es hijo del conocido activista haitiano Alix Fils-Aime, quien fue encarcelado bajo el régimen del dictador Jean-Claude “Baby Doc” Duvalier.
Conille, una antigua funcionaria que ha trabajado con las Naciones Unidas, ha sido primera ministra durante unos seis meses. Fue designado para el cargo en mayo por el consejo de transición de Haití para regresar al cargo mientras la nación caribeña trabaja para restaurar la estabilidad.
El consejo de transición se estableció en abril, con la tarea de elegir al próximo primer ministro y gabinete de Haití con la esperanza de que ayudaría a sofocar la agitación, pero ha estado plagado de política y luchas internas, y ha estado en desacuerdo con Conille durante mucho tiempo.
Grupos como la Organización de Estados Americanos intentaron y fracasaron la semana pasada mediar en desacuerdos en un intento de salvar la frágil transición, según un informe de The Miami Herald.
El proceso sufrió otro golpe en octubre cuando tres miembros del consejo enfrentaron acusaciones de corrupción, por parte de investigadores anticorrupción que alegaron que exigieron 750.000 dólares en sobornos a un director de un banco gubernamental para asegurar su puesto.
Los mismos miembros acusados de soborno estaban entre los que firmaron el decreto. Sólo un miembro, Edgard Leblanc Fils, no firmó la orden.
Un portavoz de la oficina del primer ministro no respondió a una solicitud de comentarios.
Con Reuters y Associated Press