sábado, enero 11, 2025

Espionaje en México se cobra una nueva víctima: un aliado del presidente

Mientras investigaba los abusos por parte de los militares, el principal funcionario de derechos humanos del país fue infectado con el software espía, descubrió el Times.

Un hombre de pelo gris y barba canosa se para detrás de un podio con el emblema de México.

Alejandro Encinas, subsecretario de derechos humanos de México, hablando el año pasado sobre el caso de la desaparición de 43 estudiantes.

Es un viejo amigo del presidente y un aliado político cercano durante décadas y ahora es el principal funcionario de derechos humanos del gobierno.

Y ha sido espiado, repetidamente.

Alejandro Encinas, subsecretario de derechos humanos de México, fue atacado por Pegasus, el notorio spyware, mientras investigaba los abusos del ejército nacional, según cuatro personas que hablaron con él sobre el ataque. Un análisis forense independiente confirmó el hackeo.

México ha estado plagado durante mucho tiempo de escándalos de espionaje. Pero este es el primer caso confirmado en el que un miembro de alto rango de un gobierno, y alguien tan cercano al presidente, ha sido monitoreado por Pegasus durante más de diez años que la herramienta de espionaje se ha utilizado en el país.

Los ataques a Encinas, de los que no se había informado antes, socavan gravemente la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien dijo que pondría fin a las prácticas de espionaje, que ha calificado de “ilegales”, que se han dado en el pasado. Y, cuando ni siquiera los aliados del presidente parecen estar a salvo, los ataques también son un claro indicio del uso descuidado de la vigilancia en México.

La licencia de Pegasus está permitida solo a agencias gubernamentales, y aunque no hay pruebas definitivas de quién pirateó el teléfono celular de Encinas, el ejército es la única entidad en México que tiene acceso al spyware, según cinco personas con conocimiento de contratos. . De hecho, el ejército mexicano ha infectado más teléfonos celulares con esta tecnología que cualquier otra agencia gubernamental en el mundo.

Durante mucho tiempo, Encinas ha estado en tensión con las fuerzas armadas. Él y su equipo los han acusado de estar involucrados en la desaparición de 43 estudiantes, un caso que constituye una de las peores violaciones de derechos humanos en la historia reciente del país.

Su teléfono celular ha sido infectado varias veces, incluido el año pasado, mientras dirigía la comisión de la verdad del gobierno sobre la desaparición, lo que les dio a los piratas informáticos acceso sin restricciones a toda su vida digital, según las cuatro personas que hablaron sobre este asunto con él.

Hace varios años, Pegasus fue utilizado contra algunos de los periodistas y defensores de la democracia más destacados de México, lo que desató un escándalo internacional que marcó el sexenio pasado.

Ahora, en los últimos meses han surgido nuevos casos que confirman que el spyware fue utilizado contra defensores de derechos humanos y periodistas locales también durante el gobierno de López Obrador.

Aun así, los ataques a Encinas destacan entre los casos que se han visto en México.

“Si alguien tan cercano al presidente como Alejandro Encinas está siendo vigilado, es claro que no hay un control democrático del software espía”, dijo Eduardo Bohórquez, director del capítulo mexicano de Transparencia Internacional, un grupo anticorrupción.

“No hay controles ni contrapesos”, agregó. “El ejército tiene un poder enorme y no tiene supervisión democrática”.

Encinas no respondió a múltiples solicitudes de comentarios. El presidente de México y la Secretaría de Defensa tampoco respondieron a las solicitudes de comentarios.

Pegasus puede infectar un teléfono celular sin mostrar signos de invasión y extraer todo de él: cada correo electrónico, mensaje de texto, foto, cita del calendario. Puede ver lo que está en la cámara del teléfono o escuchar a través de su micrófono, incluso si el teléfono parece estar apagado.

Las personas que hablaron con Encinas sobre los ataques dijeron que se enteró de los detalles de las infecciones después de que Citizen Lab, un grupo de vigilancia con sede en la Universidad de Toronto, las confirmara. Este grupo realizó un análisis forense de su teléfono que no ha sido divulgado.

El grupo también encontró evidencia de que otros teléfonos celulares habían sido infiltrados con Pegasus.

Hay dos funcionarios del gobierno que trabajan con Encinas y han estado involucrados en investigaciones de violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas armadas, según tres personas con conocimiento de los hackeos.

Citizen Lab se negó a comentar.

NSO Group, el fabricante israelí de Pegasus, abrió una investigación sobre ataques cibernéticos contra defensores de los derechos humanos en México luego de informes recientes de The New York Times sobre el uso de spyware por parte del ejército, según una persona familiarizada con las investigaciones.

La compañía también comenzó a investigar los ataques contra Encinas y sus dos colegas después de que el Times preguntara sobre los ataques, dijo esa persona.

NSO aseguró, a través de un comunicado, que no opera sistemas Pegasus individuales, sino que “investiga todas las denuncias creíbles de uso indebido”, y agregó: “Investigaciones anteriores de NSO han resultado en la cancelación de varios contratos relacionados con el uso inapropiado de nuestras tecnologías.

El ciberataque ha puesto a Encinas y al presidente en una posición difícil. A principios de marzo, Encinas se reunió con López Obrador para discutir el espionaje y si debería presentarse, según varias personas que fueron informadas sobre la conversación.

Pero desde entonces, dijeron, Encinas ha guardado silencio sobre la infección de Pegasus.

En el verano, Encinas y su equipo publicaron un explosivo informe sobre la desaparición de los 43 estudiantes que indicaba que los militares habían jugado un papel y calificó los hechos como un “crimen de Estado”.

Entonces surgieron dudas sobre la evidencia y Encinas fue objeto de un intenso escrutinio, especialmente después de que admitió en una entrevista con The Times que información clave de la investigación había sido “invalidada”.

Los abogados de los militares involucrados en el caso pidieron su renuncia y lo demandaron por falsificación de pruebas. Desde un inicio, López Obrador ha apoyado a Encinas, y ha dicho que es “un servidor público ejemplar, en quien tenemos plena confianza”.

Durante más de dos décadas, los dos hombres han sido aliados y socios políticos: Encinas formó parte del gabinete de López Obrador en 2000, cuando asumió como jefe de gobierno de la Ciudad de México.

“Andrés es mi amigo, es mi socio”, habría dicho Encinas en 2011. “Somos parte de un equipo y de un proyecto”.

Pero desde que López Obrador asumió no siempre han estado alineados en el tema del creciente poder del ejército.

Las fuerzas armadas del país han aumentado enormemente su autoridad bajo López Obrador, acumulando control sobre la vigilancia, así como una formidable variedad de otras actividades, incluida gran parte de la construcción de un tren de 900 millas y un aeropuerto, la distribución de medicamentos y la administración de puertos y aduanas.

Encinas ha sido una de las pocas personas dentro del gobierno dispuesta a criticar al ejército.

Cuando los soldados mataron a cinco personas en el norte de México a principios de este año, Encinas dijo públicamente que los militares habían “ejecutado” a los hombres desarmados.

Pero el presidente no ha bajado el tono de su apoyo a los militares. A pesar de la creciente evidencia del uso indebido de Pegasus por parte de los militares, López Obrador ha seguido negando que se esté realizando espionaje.

“Nosotros no espiamos a nadie”, dijo López Obrador en marzo. Y agregó: “Es un acto de deshonestidad y falta de principios”.

Cuando el Ministerio de Defensa de Israel otorga licencias para vender Pegasus a agencias gubernamentales, deben firmar un contrato acordando usar la herramienta de vigilancia exclusivamente para combatir delitos graves y terrorismo, según tres funcionarios de Defensa de Israel.

NSO ahora está investigando si el uso de Pegasus en México violó ese acuerdo.

Al enfrentarse a dos demandas en los EE. UU. por parte de Apple y el propietario de WhatsApp, Meta, NSO está bajo más presión que nunca para demostrar que cumple con sus propias reglas. La administración de Joe Biden también puso a la compañía israelí en una lista restringida en 2021, debido a la preocupación por cómo Pegasus estaba siendo utilizado para “atacar maliciosamente” a disidentes en todo el mundo.

NSO apeló la decisión, pero como parte del proceso, la empresa debe mostrar cómo está evitando su uso indebido.

Un alto ejecutivo de NSO dijo que la empresa había desactivado a 10 clientes después de que incumplieran los términos de sus contratos. Uno de ellos, el emir de Dubái, usó Pegasus para espiar a su exesposa, según documentos judiciales hechos públicos.

Si NSO confirma que Encinas y los demás fueron atacados sin motivo legítimo, la empresa podría cancelar de inmediato el acceso del ejército mexicano a Pegasus.

En público, la posición de López Obrador no ha cambiado. Luego de que el Times revelara cómo los militares mexicanos se convirtieron en los primeros y más prolíficos usuarios de Pegasus, el presidente declaró que las fuerzas armadas “son respetuosas de los derechos humanos y no hacen espionaje, como se hacía antes”.

Fuente: NYT

El cargo Espionaje en México se cobra una nueva víctima: un aliado del presidente apareció por primera vez en Diario de México.

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