El ex presidente interino de Bolivia enfrenta una orden de arresto por terrorismo y sedición mientras los fiscales actúan contra los funcionarios que respaldaron el derrocamiento del exlíder Evo Morales, que su partido, ahora de regreso en el poder, considera un golpe.
“La persecución política ha comenzado”, dijo Jeanine Añez, quien encabezó una administración conservadora que asumió el poder luego de que Morales renunciara en noviembre de 2018.
Áñez dijo este viernes que el partido gobernante Movimiento al Socialismo “ha decidido volver al estilo de las dictaduras”.
El anuncio siguió a las órdenes emitidas el jueves contra el exjefe de las fuerzas armadas y la policía, quien había instado a Morales a renunciar en medio de protestas nacionales por su reelección, que según los opositores era fraudulenta.
Álvaro Coimbra, quien se desempeñó como ministro de Justicia bajo Áñez, dijo en Twitter que también enfrenta una orden de arresto y que uno de sus viceministros había sido arrestado.
Después de casi 13 años en la presidencia, Morales se exilió en noviembre de 2019 a instancias de los líderes policiales y militares y Áñez, que había estado varios peldaños en la línea de sucesión, tomó el poder cuando sus superiores también renunciaron.
Las propias autoridades provisionales intentaron enjuiciar a Morales y a miembros clave de su gobierno, acusándolos de manipular unas elecciones y de reprimir ilegalmente la disidencia.
Pero el partido de Morales volvió a ganar las elecciones con su sucesor elegido, Luis Arce, y el exlíder ha regresado a casa.
La decisión de arrestar al exgeneral William Kaliman y al exjefe policial Iván Calderón fue denunciada por la independiente Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, grupo que surgió originalmente para enfrentar dictaduras militares en las décadas de 1970 y 1980.
Tanto los aliados como los enemigos de Morales alegan que fueron víctimas de una persecución mortal antes o después de que lo obligaran a dimitir.
Kalimán y Calderón habían dicho que solo la renuncia de Morales podría pacificar a la nación polarizada. Kalimán, quien había sido designado por Morales, fue reemplazado poco después de la partida del izquierdista.
También está bajo investigación Luis Fernando Camacho, gobernador electo de la provincia de Santa Cruz, quien fue un patrocinador clave del esfuerzo para destituir a Morales. Ni él ni Áñez enfrentan aún órdenes de arresto. Los esfuerzos oficiales para interrogar a Camacho el jueves se suspendieron cuando una gran cantidad de sus seguidores apareció en el juzgado.