Las flagrantes violaciones de los derechos humanos cometidas por las partes beligerantes en Sudán exigen el despliegue de una «fuerza independiente e imparcial» para proteger a millones de civiles expulsados de sus hogares, dijeron el viernes expertos de la ONU.
Una misión investigadora independiente descubrió violaciones «horribles» por parte de ambas partes desde abril del año pasado «que podrían constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad», dijeron.
El conflicto enfrenta al ejército nacional dirigido por el general Abdel Fattah al-Burhan contra las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido de su ex adjunto, Mohamed Hamdan Daglo.
Ha desencadenado una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Decenas de miles de personas han muerto y los expertos afirman que ocho millones de civiles han sido desplazados, mientras que otros dos millones de personas han huido a países vecinos.
Mohamed Chande Othman, presidente de la misión de investigación creada a finales del año pasado, pidió «acciones urgentes e inmediatas para proteger a los civiles».
«Dado que las partes en conflicto no han logrado proteger a los civiles, es imperativo que se despliegue sin demora una fuerza independiente e imparcial con el mandato de proteger a los civiles», dijo Othman.
La misión encontró evidencia de ataques aéreos y bombardeos «indiscriminados» contra objetivos civiles, incluidas escuelas y hospitales, así como suministros de agua y electricidad.
«Las partes en conflicto también atacaron a civiles… mediante violaciones y otras formas de violencia sexual, arrestos y detenciones arbitrarias, así como torturas y malos tratos», afirmó la misión.
«Estas violaciones podrían constituir crímenes de guerra».
‘Llamada de atención’
En agosto, Estados Unidos convocó conversaciones en Ginebra destinadas a poner fin a la brutal guerra y lograr avances en el acceso a la ayuda, pero no un alto el fuego.
También anunció sanciones de visado para un número no especificado de personas en Sudán del Sur, incluidos funcionarios del gobierno, acusados de obstruir la entrega de ayuda humanitaria a 25 millones de sudaneses que enfrentan un hambre extrema.
Los expertos designados por la ONU basaron sus conclusiones en el testimonio de docenas de sobrevivientes de los combates que ahora se desarrollan en Chad, Kenia y Uganda, pero no en Sudán, donde las autoridades no respondieron a cuatro solicitudes de visita.
El gobierno de Sudán también se negó a comentar oficialmente las conclusiones de la misión.
Su informe «debería servir como una llamada de atención a la comunidad internacional para que adopte medidas decisivas para apoyar a los sobrevivientes, sus familias y las comunidades afectadas, y para que los perpetradores rindan cuentas», dijo Mona Rishmawi, miembro de la misión, en una declaración.