«FRECUENCIA ALARMANTE DE ENFRENTAMIENTOS»
El mes pasado, al menos 16 personas, entre ellas tres mujeres y dos niños, murieron en un enfrentamiento sectario en Kurram.
Enfrentamientos anteriores en julio y septiembre mataron a decenas de personas y terminaron sólo después de que una jirga, o consejo tribal, convocó un alto el fuego. La HRCP dijo que 79 personas murieron entre julio y octubre en enfrentamientos sectarios.
Varios cientos de personas se manifestaron contra la violencia el viernes en Lahore, la segunda ciudad de Pakistán, y en Karachi, el centro comercial del país.
En Parachinar, la ciudad principal del distrito de Kurram, miles de personas participaron en una sentada, mientras cientos asistieron a los funerales de las víctimas del ataque del jueves, principalmente civiles chiítas.
La última violencia provocó la condena de funcionarios y grupos de derechos humanos.
La independiente Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP) instó este mes a las autoridades a prestar «atención urgente» a la «alarmante frecuencia de enfrentamientos» en la región, advirtiendo que la situación ha escalado a «las proporciones de una crisis humanitaria».
«El hecho de que los grupos rivales locales tengan claramente acceso a armamento pesado indica que el Estado ha sido incapaz de controlar el flujo de armas hacia la región», dijo la HRCP en un comunicado.