Destacadas figuras de la oposición rusa encabezaron una marcha de al menos 1.000 personas en el centro de Berlín el domingo contra el presidente Putin y su guerra en Ucrania.
Destacadas figuras de la oposición rusa encabezaron una marcha de al menos 1.000 personas en el centro de Berlín el domingo, criticando al presidente ruso Vladimir Putin y su guerra en Ucrania y pidiendo democracia en Rusia.
Detrás de una pancarta que decía “No Putin. No a la guerra”, los manifestantes estaban encabezados por Yulia Navalnaya, la viuda del principal crítico de Putin, Alexei Navalny, así como por Ilya Yashin y Vladimir Kara-Murza, quienes fueron liberados de la detención rusa en un intercambio de prisioneros de alto perfil este verano.
Gritando “Rusia sin Putin” y otras consignas en ruso, los manifestantes sostenían carteles con una amplia gama de mensajes sobre un fondo rojo, entre ellos “Putin = Guerra” y “Putin es un asesino” en alemán.
Algunos marcharon con banderas de Rusia o Ucrania, así como una bandera blanca, azul y blanca utilizada por algunos grupos de oposición rusos.
Los organizadores dijeron que la marcha comenzó cerca de Potsdamer Platz, atravesó la Puerta de Brandenburgo y el Checkpoint Charlie y se esperaba que terminara frente a la embajada rusa.
«La marcha exige la retirada inmediata de las tropas rusas de Ucrania, el juicio de Vladimir Putin como criminal de guerra y la liberación de todos los presos políticos en Rusia», dijeron los manifestantes en un comunicado.
Yashin, en una declaración antes de la manifestación, dijo que los manifestantes estaban «usando la libertad que tenemos aquí en Berlín para mostrar al mundo: existe una Rusia pacífica, libre y civilizada».
Navalnaya, Yashin y Kara-Murza han presentado la manifestación del domingo como una muestra de unidad en un momento en que recientes rondas de acritud han agitado al bando pacifista.
La oposición pacifista rusa en el exilio hasta ahora no ha logrado hablar con una sola voz ni presentar un plan de acción claro.
El histórico intercambio de prisioneros Este-Oeste en agosto liberó a disidentes clave y prometió revitalizar un movimiento desatado por la muerte en prisión de Navalny, un carismático activista anticorrupción y archienemigo del Kremlin.
En cambio, las tensiones han aumentado en los últimos meses, cuando los aliados de Navalny y otros disidentes prominentes intercambiaron acusaciones que parecieron arruinar cualquier esperanza de un frente unido anti-Kremlin.
Muchos rusos con mentalidad opositora han expresado su profunda frustración con las luchas internas y con lo que algunos ven como esfuerzos de grupos rivales para desacreditarse y arrebatar influencia unos a otros.