Filipinas sigue adelante con la conservación de un sistema de misiles Typhon de fabricación estadounidense, haciendo caso omiso de la exigencia de China de retirarlo, en una medida vista por los expertos como una declaración de autosuficiencia y una apuesta calculada frente a las crecientes tensiones en el Mar de China Meridional.
Ya hay un sistema Typhon en Filipinas después de que Estados Unidos lo entregara para su uso en ejercicios militares conjuntos en abril, y debe ser evaluado más a fondo por parte del ejército.
Beijing ha denunciado repetidamente la presencia del Tifón en Filipinas y exigió su retirada. Los planes del ejército de adquirir el sistema han provocado declaraciones aún más duras por parte de Beijing.
El jueves, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, lo calificó de “una medida provocativa y peligrosa” que socavaba la estabilidad regional.
«Filipinas, al cooperar con Estados Unidos para introducir el Tifón, está entregando su propia seguridad y defensa, trayendo riesgos de confrontación geopolítica y carrera armamentista a la región, lo que plantea una amenaza sustancial a la paz y la seguridad regionales», dijo Mao.