Los bomberos han estado luchando contra los incendios forestales que se están extendiendo por un parque nacional en Brasil y que están cubriendo de humo la capital, Brasilia.
Más de 490 bomberos intentaban el lunes extinguir las llamas que ya han quemado 2.000 hectáreas (4.942 acres) del área de conservación del Parque Nacional de Brasilia. Se trata del último de muchos incendios forestales en el país, que atraviesa una sequía histórica.
Hay cuatro frentes de incendio principales, todos concentrados en la región oriental del parque, según un comunicado de ICMBio, la agencia gubernamental que administra el parque.
Tres aviones están utilizando agua para combatir las llamas y un helicóptero está ayudando a monitorear las áreas quemadas, según el comunicado del ICMBio.
El incendio “se propagó muy rápidamente debido a la velocidad del viento, la baja humedad y hace mucho calor”, dijo Joao Paulo Morita, coordinador de gestión de incendios del ICMBio.
La policía federal está investigando el caso, ya que el incendio fue iniciado por la actividad humana, según el comunicado.
El incendio ha asfixiado Brasilia, con columnas de humo negro visibles desde varios puntos de la ciudad.
El país ha estado envuelto en humo en las últimas semanas, mientras los incendios arrasan la selva amazónica, la sabana del Cerrado y los humedales del Pantanal.
Estos incendios incontrolados, provocados por el hombre, han devastado áreas protegidas y han esparcido humo sobre una vasta extensión, causando un deterioro en la calidad del aire.
Un juez de la Corte Suprema emitió un fallo el domingo autorizando al gobierno a destinar fondos adicionales a la lucha contra los incendios forestales y a la contratación de bomberos.
El país está sufriendo su peor sequía desde que comenzaron a realizarse mediciones a nivel nacional hace más de 70 años, con un 59 por ciento del territorio afectado. Los principales ríos de la cuenca del Amazonas están registrando mínimos históricos.
Los científicos dicen que el cambio climático aumenta la probabilidad de fenómenos meteorológicos extremos, favoreciendo las condiciones para fenómenos como incendios forestales e inundaciones.