El lunes, una pandilla demolió la prisión civil de Titanyen y la comisaría de policía de Croix-des-Bouquets, hechos que demuestran el nivel de violencia y crueldad de las bandas criminales en Haití.
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Los delincuentes no se contentaron con reducir a ruinas ambas cárceles en 48 horas, sino que filmaron su fechoría y la hicieron circular en las redes sociales, tal vez para advertir a las fuerzas extranjeras que están por llegar a la nación caribeña que serán confrontadas.
«Estos individuos disfrutaron demoliendo estas infraestructuras hasta convertirlas en escombros con una excavadora», comentó el periódico online Juno 7, que recordó que no es la primera vez que prisiones civiles y comisarías de policía en el país son atacadas por bandas.
El 2 de marzo, la prisión civil de Croix-des-Bouquets y la penitenciaría nacional fueron atacadas, lo que provocó la liberación de todos los detenidos por parte de asaltantes armados.
Esta prisión en Titanyen, al norte de Puerto Príncipe, la capital de Haití, fue inaugurada por el embajador de Estados Unidos en 2016. Ayer, una torre de vigilancia y un muro fueron demolidos parcialmente, según informes, por una pandilla. Es una de varias prisiones atacadas antes de la llegada de una misión policial financiada por Estados Unidos. pic.twitter.com/9KmYDAQreu
—Christiaan Triebert (@trbrtc)
19 de mayo de 2024
Desde este incidente, las autoridades policiales han perdido todo el control sobre estas prisiones, incapaces de restablecer el orden ante el poder de estas bandas, en particular del grupo 400 Mawozo liderado por Lanmò San Jou, afirma el periódico.