Un hombre australiano fue sentenciado a 129 años en una cárcel de Filipinas como parte de un caso de abuso sexual infantil que involucra a víctimas de tan solo 18 meses, dijo un fiscal el miércoles (9 de noviembre).
Fue la segunda condena de Peter Gerard Scully, quien ya cumple cadena perpetua por un lote inicial de cargos relacionados con la violación y el tráfico de niñas.
Filipinas se ha convertido en un punto de acceso mundial para la explotación sexual infantil, ayudado por la pobreza, la fluidez del inglés y la alta conectividad a Internet en el país, advierten los expertos.
«Espero que esto envíe un mensaje muy fuerte a todos los abusadores, a todos los traficantes de personas, de que el crimen realmente no paga», dijo a la AFP Merlynn Barola-Uy, fiscal regional en la ciudad sureña de Cagayán de Oro.
Un tribunal de Cagayán de Oro dictó la sentencia el 3 de noviembre después de que Scully y sus tres coacusados llegaran a un acuerdo de negociación de culpabilidad.
Habían sido acusados de 60 delitos, incluidos tráfico, pornografía infantil, abuso infantil y violación.
La novia de Scully, Lovely Margallo, fue sentenciada a 126 años de cárcel. Otros dos recibieron sentencias de más de nueve años.
Las víctimas y sus familias aceptaron los términos del acuerdo y lo consideran una «dulce victoria», según un comunicado publicado en la página de Facebook de la fiscalía regional.
«Todos quieren poner fin a esta fase oscura de sus vidas y seguir adelante», agregó el comunicado.