El jueves, Irán y sus aliados amenazaron con represalias tras la muerte del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, y del comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, lo que aumentó las tensiones regionales. Mientras los dolientes llenaban las calles de Teherán pidiendo venganza, Israel advirtió a sus adversarios de las severas consecuencias de cualquier acción de represalia.
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