Los reguladores japoneses han comenzado las inspecciones finales de un sistema recientemente completado para la controvertida liberación de agua radiactiva tratada de la planta nuclear de Fukushima en el Océano Pacífico.
La inspección comenzó el miércoles, un día después de que el operador de la planta Tokyo Electric Power Company Holdings (TEPCO) instalara el último equipo necesario para liberar la salida del túnel submarino excavado para descargar las aguas residuales a 1 kilómetro (1.094 yardas) de la costa.
TEPCO dijo que los inspectores de la Autoridad de Regulación Nuclear debían examinar el equipo relacionado con la transferencia de agua tratada y sus sistemas de seguridad como parte de su inspección de tres días.
El permiso para descargar el agua podría emitirse una semana después y TEPCO podría comenzar a descargar el agua poco tiempo después, aunque no se ha decidido una fecha exacta.
El plan ha enfrentado feroces protestas de grupos pesqueros locales preocupados por la seguridad y el daño a la reputación. El gobierno japonés y TEPCO prometieron en 2015 no liberar el agua sin el consentimiento de la comunidad pesquera, pero muchos en la comunidad pesquera dicen que el plan fue impulsado de todos modos.
Nozaki Tetsu, que encabeza la Federación de Pesca de Fukushima, reiteró el martes que los pescadores no han respaldado el plan de descarga de aguas residuales.
Los países vecinos de Corea del Sur, China y algunas islas del Pacífico también han planteado preocupaciones de seguridad.
Los funcionarios gubernamentales y de servicios públicos dicen que las aguas residuales, actualmente almacenadas en unos 1.000 tanques en la planta, deben eliminarse para evitar fugas accidentales y dejar espacio para el desmantelamiento de la planta. Dicen que el agua tratada, pero todavía ligeramente radiactiva, se diluirá a niveles más seguros que los estándares internacionales y se liberará gradualmente en el océano durante décadas, haciéndola inofensiva para las personas y la vida marina.
Algunos científicos dicen que se desconoce el impacto de la exposición prolongada a dosis bajas de radionúclidos y que se debe retrasar la liberación. Otros dicen que el plan de liberación es seguro, pero piden más transparencia, lo que incluye permitir que científicos externos se unan al muestreo y controlen la liberación.
Japón ha buscado el apoyo de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) para ganar credibilidad y garantizar que las medidas de seguridad cumplan con los estándares internacionales.
El OIEA ha enviado varias misiones a Japón desde principios de 2022 y se espera su informe de evaluación final pronto, aunque la organización no tiene poder para detener el plan.
Se espera que el jefe de la OIEA, Rafael Mariano Grossi, visite Japón la próxima semana para reunirse con el primer ministro Fumio Kishida y visitar la planta.
Un terremoto masivo y un tsunami el 11 de marzo de 2011 destruyeron los sistemas de enfriamiento de la planta nuclear Fukushima Daiichi, provocando que tres reactores se derritieran y el agua de enfriamiento se contaminara y tuviera fugas continuas.
El agua es captada, tratada y almacenada en los depósitos, que alcanzarán su capacidad a principios de 2024.
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