Japón ordenó el martes a un diplomático ruso con base en Sapporo que abandone el país dentro de los seis días, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Yoshimasa Hayashi, en represalia por la expulsión de un cónsul japonés por parte de Moscú el mes pasado.
Hayashi dijo a los periodistas que su ministerio declaró persona non grata al diplomático del Consulado General de Rusia en la importante ciudad del norte después de que las autoridades rusas detuvieran al cónsul en Vladivostok durante unas tres horas, acusándolo de realizar espionaje, y lo expulsaron del país.
Japón dice que el cónsul, Tatsunori Motoki, quien regresó a casa la semana pasada después de ser declarado persona non grata por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, no había cometido ningún acto ilegal.
Hayashi ha criticado a Rusia por tratar al cónsul de manera “coercitiva” durante su detención, incluso vendándole los ojos y restringiéndolo físicamente.
Dijo el martes que la detención e interrogatorio ruso del cónsul japonés fue una “violación clara y grave” del derecho internacional y “extremadamente lamentable”.
El vicecanciller Takeo Mori convocó al embajador ruso en Japón, Mikhail Galuzin, al ministerio para informar a Moscú sobre la contramedida de Tokio, según Hayashi.
Pero Hayashi se abstuvo de dar detalles sobre el diplomático ruso y se limitó a decir que Japón respondió «en consecuencia» a la expulsión del cónsul por parte de Moscú.
El embajador emitió un comunicado en el que decía que el diplomático ruso “no participó en actividades que violaran su autoridad” y que la orden japonesa solo podría empeorar aún más las relaciones bilaterales.
El 26 de septiembre, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia acusó a Motoki de obtener información clasificada a cambio de un pago y le ordenó abandonar el país en 48 horas.
Desde que Rusia invadió Ucrania a fines de febrero, las relaciones de Japón con el país se congelaron, y Tokio se unió a las naciones occidentales para imponer sanciones económicas a Moscú.
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