El líder del bloque regional de África Occidental ha expresado su apoyo a Burkina Faso, golpeada por los yihadistas, menos de cinco meses después de que una insurgencia provocada por militantes islamistas provocara un nuevo golpe, dijo el gobierno de Burkina Faso.
El presidente de Guinea-Bissau, Umaro Sissoco Embalo, actual presidente de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (ECOWAS), realizó una visita de un día a Uagadugú el miércoles para conversar con el líder de la junta, el Capitán Ibrahim Traore.
Traore, de 34 años, tomó el poder el 30 de septiembre al frente de oficiales del ejército enojados por los fracasos en hacer retroceder una sangrienta campaña yihadista.
En un comunicado emitido después de las conversaciones, la oficina de Traore dijo que Embalo estaba «tranquilizado por la transición constante» para devolver el país a un gobierno civil.
Embalo también “reafirmó la voluntad de la organización de África Occidental de apoyar y acompañar a Burkina Faso en la lucha contra el terrorismo”.
ECOWAS, una organización de 15 miembros que incluye a Burkina Faso, está luchando contra una serie de golpes militares en su región y una creciente insurgencia yihadista en el Sahel.
Ha adoptado una línea relativamente dura con Guinea y Malí sobre los golpes allí, invocando la amenaza de sanciones para tratar de acelerar el regreso a un gobierno civil.
Pero ha apoyado más a Burkina Faso, uno de los países más pobres y volátiles del mundo, donde estallaron dos golpes el año pasado.
Los tres países han sido suspendidos de los órganos de toma de decisiones del bloque.
Traore en septiembre derrocó al teniente coronel Paul Henri Sandaogo Damiba, quien había tomado el poder en enero anterior.
Traore ha prometido mantener el compromiso de Damiba con la CEDEAO de celebrar elecciones y restaurar el gobierno civil para julio de 2024.
Embalo “enfatizó la necesidad de buscar contactos con los jefes de Estado de la CEDEAO y también con varios socios, para brindar apoyo oportuno a nuestro país frente a los desafíos humanitarios y de seguridad”, dijo el comunicado burkinés.
Miles de personas han muerto y más de dos millones han huido de sus hogares desde que los yihadistas comenzaron a lanzar ataques contra Burkina Faso desde el vecino Malí en 2015. Más de un tercio del territorio del país se encuentra fuera del control del gobierno.