Y de repente, desaparecieron. Durante más de medio siglo, los Assad gobernaron Siria con mano de hierro, evitando levantamientos, complots y lo que parece una guerra civil. Pero en menos de dos semanas, al encontrar poca resistencia, una rebelión encabezada por los islamistas logró invadir Alepo, Hama, Homs y ahora Damasco.
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