Un Estado es tan vulnerable como sus instituciones, y el sistema de justicia no reformado de Moldavia sigue siendo uno de los más expuestos. Con Rusia ganando un terreno significativo en Ucrania, Moldavia está una vez más en la mira del presidente ruso Vladimir Putin.
El pequeño país exsoviético, ubicado entre la Unión Europea y Rusia, tiene que fortalecer sus instituciones estatales si quiere tener alguna posibilidad contra la guerra híbrida que Putin ha estado llevando a cabo insidiosamente en toda Europa del Este.
Después de ganar la reelección en la segunda vuelta del 3 de noviembre, la presidenta Maia Sandu tiene ahora por delante una batalla aún más dura que no puede perder: renovar y cambiar una sistema notoriamente corrupto.
Por qué es imprescindible un sistema de justicia fuerte
La era de la guerra convencional ya pasó. Los ataques híbridos ahora representan la norma. Tener un ejército fuerte no es nada sin instituciones fuertes capaces de contrarrestar amenazas encubiertas. La guerra informativa, las noticias falsas, la manipulación, la compra de votos, los sobornos y los actos de corrupción son mucho más insidiosos y capaces de someter la defensa de un Estado que las guarniciones extranjeras que amenazan con invadirlo. Aquí es donde debería intervenir un sistema de justicia que funcione, procesando adecuadamente a quienes ponen en peligro la seguridad del país.
Sin instituciones fuertes, Moldavia será vulnerable a los ataques rusos desde dentro, especialmente con un sistema judicial sin reformar. plagado por la corrupción y la injerencia.
Además, es necesaria una reforma judicial para que Moldavia tenga un camino claro hacia la integración en la UE. La lucha contra la corrupción no es negociable si la República de Moldavia quiere unirse a la Unión Europea.
Si los moldavos pierden la confianza en el sistema, Putin gana. El sistema de justicia necesita una reforma dura, necesita un liderazgo capacitado y decidido que pueda reconstruir la confianza y demostrar que todos son igualmente responsables ante la ley. El próximo año, en septiembre, Moldavia celebrará elecciones parlamentarias que pondrán a prueba hasta qué punto la gente confía realmente en el liderazgo del país. Eso significa que Sandu y su administración en Chisinau tienen menos de un año para cumplir la promesa de campaña de cero corrupción y una revisión del sistema judicial.
El sistema judicial: el talón de Aquiles de Moldavia
Los estados excomunistas siempre han luchado por reformar sus sistemas de justicia. Para Moldavia en particular, renovarlo es tan complejo como necesario. La propia Sandu admitió en un debate presidencial televisado el mes pasado que la reforma judicial prometida había sido lenta y prometió que tales medidas serían más eficientes en el futuro.
Corrupción y las prácticas judiciales desiguales están dañando el sistema. Una de las disfunciones más discordantes es el fraude bancario de 2014, en el que desaparecieron más de mil millones de dólares del sistema financiero de Moldavia sin que ningún alto funcionario tuviera que rendir cuentas.
95% de los ciudadanos moldavos que respaldan la adhesión a la UE consideran que la reforma de la justicia es una necesidad absoluta. Instituciones Los encargados de garantizar que los jueces y fiscales anticorrupción hagan su trabajo se están quedando atrás.
Tras las elecciones presidenciales del mes pasado, el jefe de policía de Moldavia, Viorel Cernăuțeanu, dijo que hay pruebas significativas de que Rusia está usando sobornos, guerra híbrida y desinformación, como nunca antes había visto Moldavia, en su afán por influir en la opinión pública. Investigaciones policiales han demostrado cómo los oligarcas habían estado involucrados en compra de votos y financiación ilegal de partidos políticos respaldados por el Kremlin.
La falta de acción de las instituciones judiciales anticorrupción pertinentes ha dado a los grupos prorrusos margen de maniobra para poner en peligro el proceso electoral. Sandú señaló Después de la última reunión del Consejo de Seguridad de Moldavia, se dijo que es necesario reformar el sistema de justicia, ya que Moldavia sigue expuesta a la amenaza híbrida rusa.
¿Qué pueden hacer los aliados europeos de Moldavia para ayudar?
Bruselas necesita apoyar y alentar las reformas fuertes y duras necesarias para modernizar el poder judicial de Moldavia.
El año pasado, el Parlamento de la UE aprobó un paquete de 145 millones para Moldavia tenía como objetivo, entre otras cosas, la reforma de la justicia. La eurodiputada Markéta Gregorova, del grupo de los Verdes, dijo que sólo haciendo que las instituciones de Moldavia sean menos vulnerables podremos evitar que el país se convierta en la próxima Ucrania. Además, el eurodiputado rumano Rareş Bogdan encabezó una iniciativa en el Parlamento Europeo para asegurar 45 millones de euros (alrededor de 47,5 millones de dólares) para ayudar a combatir la desinformación en Moldavia, desinformación que también podría influir en los procedimientos judiciales. Cristian Terhes, otro eurodiputado rumano que respalda la adhesión de Moldavia a la UE, cree que una vez que Rusia recupere el control sobre la administración moldava, será difícil eliminarlo. Por eso una reforma del sistema de justicia en la República de Moldavia permite un fortalecimiento de las instituciones y una mejor capacidad para afrontar la guerra híbrida librada por Rusia.
Sandu necesita toda la ayuda que pueda conseguir para combatir la corrupción. Es fundamental realizar un cambio general dentro del sistema sin perder tiempo. Mucho depende de una reforma exitosa del sistema judicial, en particular el futuro europeo de Moldavia y la seguridad de sus ciudadanos.
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