El tres veces campeón de Wimbledon, Boris Becker, ha sido encarcelado durante dos años y medio por ocultar activos y préstamos por valor de £2,5 millones para evitar pagar sus deudas.
El ex número uno del mundo, de 54 años, se declaró en bancarrota el 21 de junio de 2017, adeudando a los acreedores casi 50 millones de libras esterlinas, por un préstamo impago de más de 3 millones de libras esterlinas en su propiedad en Mallorca, España.
El comentarista de la BBC, Becker, transfirió casi 427 000 euros (alrededor de £ 390 000) de su cuenta comercial a otros, incluidos los de su ex esposa Barbara y su ex esposa Sharlely «Lilly» Becker.
El padre de cuatro hijos tampoco declaró su participación en una propiedad de £ 1 millón en su ciudad natal de Leimen, Alemania, ocultó un préstamo bancario de 825 000 euros (casi £ 700 000), por valor de £ 1,1 millones con intereses, y ocultó 75 000 acciones. en una firma de tecnología, valorada en £66,000.
Becker, que recibió una sentencia condicional de dos años por evasión fiscal e intento de evasión fiscal por valor de 1,7 millones de euros (alrededor de £1,4 millones) en Alemania en 2002, fue declarado culpable de cuatro delitos en virtud de la Ley de insolvencia entre el 21 de junio y el 3 de octubre de 2017. a principios de este mes.
La jueza Deborah Taylor condenó al seis veces campeón de Grand Slam a dos años y medio de prisión, de los cuales cumplirá la mitad, en el Tribunal de la Corona de Southwark el viernes.
Refiriéndose a su condena anterior, el juez dijo: “Usted no prestó atención a la advertencia que le dieron y a la oportunidad que le dio la sentencia suspendida y eso es un factor agravante significativo”.
Ella le dijo a Becker: “Tomo en cuenta lo que se ha descrito como tu caída en desgracia.
“Ha perdido su carrera y reputación y todas sus propiedades como resultado de su bancarrota”.
Pero agregó: “No has mostrado remordimiento, aceptación de tu culpa y has buscado distanciarte de tu ofensa y tu quiebra.
“Si bien acepto su humillación como parte del procedimiento, no ha habido humildad”.