miércoles, septiembre 18, 2024

La «flexibilidad moral» de los votantes les ayuda a defender la desinformación de los políticos, si creen que la información inexacta refleja una verdad mayor.

Muchos votantes están dispuestos a aceptar información errónea de los líderes políticos, incluso cuando saben que los hechos no son exactos. Según Nuestra investigaciónLos votantes suelen reconocer cuando las afirmaciones de sus partidos no se basan en evidencia objetiva. Sin embargo, responden de manera positiva si creen que esas afirmaciones inexactas evocan una “verdad” más profunda e importante.

Nuestro equipo realizó una serie de encuestas en línea entre 2018 y 2023 a más de 3900 votantes estadounidenses. Estas encuestas se diseñaron para obtener respuestas sobre cómo evaluaban las declaraciones políticas de varios políticos, incluso cuando reconocían que esas declaraciones eran factualmente inexactas.

Consideremos las afirmaciones del expresidente Donald Trump de que le robaron las elecciones de 2020. Incluso entre los partidarios que reconocieron sus afirmaciones sobre el fraude No se basaban en pruebas objetivasdescubrimos que era más probable que consideraran estas acusaciones como importantes para las “prioridades estadounidenses”: por ejemplo, creen que el sistema político es ilegítimo y está en contra de sus intereses.

La misma lógica se aplica a las declaraciones factualmente inexactas. sobre las vacunas contra el COVID-19 que hizo el presidente Joe Biden, sugiriendo que las personas vacunadas No pudo propagar la enfermedadEn nuestras encuestas, los votantes que apoyaron al presidente consideraron que la declaración era importante para las prioridades estadounidenses, a pesar de reconocer su inexactitud fáctica.

A través de estas preguntas, pudimos descubrir los criterios que guían el comportamiento de los votantes, dependiendo de quién hace tal o cual afirmación. Los votantes de ambos partidos se preocuparon más por la “verdad moral” cuando evaluaban a un político que les gustaba. Por otro lado, cuando evaluaban a un político que no les gustaba, los votantes se basaron más en la veracidad estricta.

Nuestras encuestas documentaron cómo los votantes dan tales justificaciones a sus abanderados partidistas, lo que revela un grado significativo de “flexibilidad moral” en el juicio político de los votantes. Realicé esta investigación con Oliver Hahl de la Universidad Carnegie Mellon, Ethan Poskanzer de la Universidad de Colorado, y Ezra Zuckerman Sivan del MIT.

Por qué es importante

Las conversaciones sobre cómo combatir la desinformación suelen centrarse en la necesidad de una mejor verificación de los hechos y de una mejor educación. Sin embargo, nuestro descubrimiento ilustra los factores más profundos, pero pasados ​​por alto, que subyacen a la tolerancia y el apoyo de los votantes a las afirmaciones factualmente inexactas. Los hallazgos sugieren que la desinformación sobrevive no solo debido a la “credulidad” de los votantes, sino también a sus cálculos morales sobre si los fines partidistas justifican los medios.

Si los votantes eligen deliberadamente apoyar la desinformación porque se alinea con sus perspectivas partidistas, entonces proporcionar correcciones fácticas no será suficiente para proteger la norma democrática de basar las políticas públicas en hechos objetivos.

Lo que aún no se sabe

Nuestra investigación plantea preguntas críticas sobre cómo combatir esa flexibilidad moral y sus consecuencias.

Por supuesto, no consideramos que esa flexibilidad moral sea categóricamente incorrecta. Como sociedad, por ejemplo, tendemos a pensar que decirles a los niños que existe Santa Claus no plantea problemas, porque al hacerlo se protegen ciertos valores, como la inocencia y la imaginación de los niños.

Pero cuando se trata de un debate público sobre un tema que debería basarse en evidencia objetiva, la flexibilidad moral limita el grado en que los grupos partidarios pueden llegar a un acuerdo sobre los hechos, y mucho menos sobre qué política derivar de ellos.

¿Qué sigue?

¿Qué puede impulsar a personas de lados opuestos del espectro político a cooperar entre sí si no pueden ponerse de acuerdo sobre lo que es factualmente correcto?

Es probable que haya más áreas en las que los votantes partidarios están de acuerdo entre sí de lo que implica la narrativa de la “guerra cultural”, y esperamos aprender de ellas. En proceso de elaboración con El sociólogo Sang Won HanEstamos estudiando a los legisladores que frecuentemente copatrocinan proyectos de ley con políticos del partido opuesto.

Sociólogos Daniel Della Posta, Liam Essig También estoy investigando qué contribuye a la polarización de los políticos en situaciones en las que votantes de partidos opuestos realmente comparten un consenso. Por ejemplo, una mayoría de votantes tanto demócratas como republicanos apoyar la verificación de antecedentes para la compra de armas, mientras que los proyectos de ley que proponen tales medidas sistemáticamente no logran aprobarse.

El informe de investigación es una breve reseña de un trabajo académico interesante.

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