La industria automovilística alemana se enfrenta a importantes desafíos y espera ansiosamente el resultado de las elecciones anticipadas del 23 de febrero.
La economía del país está luchando contra una recesión, y la antigua coalición de gobierno tripartita, que colapsó en noviembre, es considerada directamente responsable de la crisis en la importante industria automotriz.
Cómo reactivar la caída de las ventas de vehículos eléctricos
Una cuestión crítica para todos los fabricantes de automóviles es gestionar el cambio de los vehículos con motor de combustión a modos alternativos de transporte privado, en particular vehículos propulsados por baterías.
El analista independiente de la industria automovilística Jürgen Pieper ve una incertidumbre constante entre los fabricantes de automóviles y los consumidores sobre la transformación y achaca la falta de una «clara [government] estrategia para la electromovilidad». El experto radicado en Frankfurt, Alemania, explicó a DW que las autoridades inicialmente incentivaron la compra de vehículos eléctricos, pero luego eliminaron los subsidios.
Dirk Dohse, del Instituto para la Economía Mundial de Kiel (IfW), se hace eco de esta opinión y afirma a DW que los «ida y vuelta» políticos en torno a las subvenciones estatales a los coches eléctricos han creado confusión. En concreto, la «repentina abolición» de las subvenciones estatales en diciembre de 2023 aumentó la incertidumbre, afirmó. Además, la industria está luchando con «altos costos de energía y burocracia excesiva».
La Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA) también considera que el debilitamiento de Alemania como centro industrial, lo que lleva a una disminución de la competitividad, es el «problema fundamental» para los fabricantes de automóviles. En una declaración a DW, la VDA considera «alarmante» la tendencia de Alemania a «descender constantemente» en la clasificación mundial.
Los altos costes de fabricación pesan mucho
Para la VDA es decisiva la cuestión del atractivo de Alemania como lugar industrial. La asociación exige que el nuevo gobierno de Berlín y la Comisión de la UE en Bruselas hagan todo lo posible para «devolver a Alemania a una posición de liderazgo mundial».
Para lograrlo, el grupo de presión de la industria automotriz quiere «energía asequible, menos regulación y burocracia, así como un sistema fiscal competitivo».
Sin embargo, el economista de IfW, Dirk Dohse, cree que el objetivo climático de la UE de alcanzar la neutralidad de carbono para 2045 «deja al gobierno alemán con una influencia limitada», al menos en lo que respecta a la política energética.
Además, Dohse dice que los propios fabricantes de automóviles alemanes tienen cierta responsabilidad en la crisis actual. «Los ajustes estructurales necesarios se retrasaron demasiado y los márgenes de beneficio se redujeron drásticamente. Las empresas alemanas tardaron demasiado en asociarse con empresas de software fuertes», explica a DW. Como resultado, dijo, las empresas automotrices «no tienen un producto verdaderamente ‘revolucionario’ en el mercado de los automóviles eléctricos».
La infraestructura de carga insuficiente obstaculiza la adopción de vehículos eléctricos
Dohse también enfatiza la urgencia de «ampliar la infraestructura de carga y brindar seguridad de planificación a los compradores de vehículos eléctricos».
Si bien continuarán los debates sobre el valor de los subsidios a los autos eléctricos, insistió en que las reglas que rigen el acceso a los cargadores y la facturación deben ser «claras, transparentes y válidas por un período predeterminado». Todas las medidas políticas relativas a los vehículos eléctricos deben ser fiables y «evitar cambios abruptos basados en restricciones presupuestarias».
Jürgen Pieper también aboga por una «estrategia coherente para las nuevas tecnologías». Al mismo tiempo, advirtió contra el exceso de regulación y exigió una «apertura tecnológica» en la que los responsables de las políticas deberían establecer políticas «precisas y cuantificables». [emission] objetivos, dejando el camino para alcanzarlos a la industria.»
La acogedora relación de los fabricantes de automóviles con la política
La relación entre la industria automotriz alemana y la política siempre ha estado profundamente entrelazada en varios niveles de toma de decisiones políticas. Los gobiernos regionales han desempeñado un papel importante a la hora de garantizar que la industria disfrute de condiciones favorables, mientras que los fabricantes de automóviles garantizaron empleos bien remunerados para los votantes.
En el estado regional de Baja Sajonia, sede de Volkswagen (VW), por ejemplo, el gobierno ocupa un puesto en el directorio de VW, lo que le otorga una enorme influencia sobre la política de la empresa. De manera similar, en el estado de Baden-Württemberg, actualmente gobernado por un primer ministro estatal del Partido Verde, o en Baviera, donde la conservadora Unión Social Cristiana (CSU) ejerce una enorme influencia en los fabricantes de automóviles premium BMW y Audi.
Los expertos dicen que la cómoda relación entre empresas y política no siempre ha beneficiado a la industria automotriz porque cualquier cambio de gobierno puede afectar significativamente la política de la empresa. Los fabricantes de automóviles no pueden darse el lujo de ignorar los acontecimientos políticos y deben mantener relaciones en todo el espectro político para salvaguardar sus intereses independientemente de los resultados de las elecciones.
La amenaza arancelaria de Trump
Por el momento, sin embargo, una de las mayores amenazas para las perspectivas comerciales de los fabricantes de automóviles alemanes ha surgido al otro lado del Atlántico, en la forma del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Trump ha amenazado a los fabricantes de automóviles de todo el mundo, en particular los de China y Alemania, con un aumento masivo de los aranceles de importación, instándolos a producir en Estados Unidos.
Jürgen Pieper dice: «Dada la crisis económica y la presión esperada de la administración Trump, el nuevo gobierno alemán podría intentar aliviar la carga sobre la industria automotriz». Esto podría incluir posponer la prohibición de la UE sobre las ventas de automóviles con motor de combustión hasta 2035 y reintroducir incentivos para la compra de automóviles eléctricos e híbridos, dijo a DW.
Pero las medidas tomadas por el próximo gobierno alemán, añadió Pieper, son tan impredecibles como la composición del propio gobierno, que según los encuestadores podría estar encabezado por la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), ya sea con los ecologistas Verdes o con el socialdemócrata SPD. .
«Es muy probable que la eliminación gradual de los automóviles con motor de combustión prevista para 2035 se retrase hasta 2040. Pero en una coalición con los Verdes eso es menos probable».
Este artículo fue escrito originalmente en alemán.