Otros tres fueron detenidos en los días siguientes y el gobierno afirmó entonces que habían sido retenidos por su propia seguridad.
El ministro de Justicia, Anisul Huq, declaró el jueves a la AFP que los seis se habían ofrecido voluntariamente para estar bajo custodia policial.
«Vinieron por su propia voluntad. Dijeron que querían irse. Se les permitió regresar con sus padres», añadió.
El gobierno de Hasina restableció el orden después de desplegar tropas, imponer un toque de queda y cerrar la red de internet móvil en todo el país de 170 millones de habitantes durante 11 días.
Más de 10.000 personas fueron detenidas tras los disturbios, según los medios locales.
«ARBITRARIO E ILEGAL»
Esta semana se reanudaron protestas pequeñas y dispersas en ciudades de todo Bangladesh después de que otros miembros de Estudiantes Contra la Discriminación pusieran fin a una moratoria a las manifestaciones.
Prometieron reiniciar su campaña después de que el gobierno ignoró el plazo del lunes para que sus líderes fueran liberados.
«Su detención fue arbitraria e ilegal. Las críticas nacionales e internacionales aumentaron», declaró a la AFP el investigador de la Universidad de Oslo Mubashar Hasan.
Agregó que la liberación de los líderes indica que el gobierno busca «reducir las tensiones» con el movimiento de protesta.
El mes pasado estallaron manifestaciones por la reintroducción de un sistema de cuotas que reservaba más de la mitad de todos los empleos gubernamentales para ciertos grupos.