La presidenta del BCE, Christine Lagarde, reafirma un enfoque basado en datos para las decisiones sobre tipos de interés, al tiempo que insta a la aplicación de reformas estructurales, citando el informe de competitividad de Mario Draghi. El BCE redujo su tipo de depósito en 25 puntos básicos, mientras que las previsiones de inflación y crecimiento se mantuvieron prácticamente sin cambios.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, reafirmó un enfoque cauteloso y dependiente de los datos para la política monetaria, enfatizando que las decisiones se tomarán «reunión por reunión» en función de los datos económicos, sin comprometerse con una trayectoria de tasa fija.
En su reunión de septiembre, el BCE redujo su tasa de facilidad de depósito en 25 puntos básicos al 3,5%, como se esperaba, afirmando que “ahora es apropiado dar otro paso para moderar el grado de restricción de la política monetaria”.
Sin embargo, Lagarde subrayó que las futuras medidas políticas siguen siendo inciertas y dependerán de los nuevos indicadores económicos.
“Nuestras decisiones sobre las tasas de interés estarán guiadas por las perspectivas de inflación, los datos entrantes y la solidez de la transmisión de nuestra política monetaria”.
Decisión del BCE sobre los tipos de interés y perspectivas económicas de septiembre
Lagarde explicó que la decisión de reducir el tipo de interés de la facilidad de depósito en 25 puntos básicos, hasta el 3,5%, se tomó por unanimidad.
Se ajustaron otras tasas clave como parte de cambios más amplios en el marco de la política monetaria, que entraron en vigor el 18 de septiembre.
Cabe destacar que el tipo de las operaciones principales de refinanciación se redujo en 60 puntos básicos hasta el 3,65%, reduciendo su diferencial con el tipo de la facilidad de depósito a 15 puntos básicos. El tipo de la facilidad marginal de crédito se redujo de manera similar en 60 puntos básicos hasta el 3,9%, manteniendo un diferencial de 25 puntos básicos con respecto al tipo de refinanciación.
En cuanto a las perspectivas económicas, los datos recientes de inflación han sido los esperados y las nuevas proyecciones del personal del BCE están en línea con las previsiones anteriores.
Se prevé que la inflación general promedie el 2,5% en 2024, el 2,2% en 2025 y el 1,9% en 2026, en consonancia con las proyecciones de junio.
“Se espera que la inflación vuelva a aumentar en la última parte de este año, en parte porque las fuertes caídas anteriores de los precios de la energía dejarán de figurar en las tasas anuales. Luego debería disminuir hacia nuestro objetivo en la segunda mitad del año próximo”, explicó Lagarde.
En cuanto al crecimiento, se espera que la economía de la eurozona crezca un 0,8% en 2024, aumentando al 1,3% en 2025 y al 1,5% en 2026, una ligera revisión a la baja debido a una demanda interna más débil en los próximos trimestres.
“Los riesgos para el crecimiento económico siguen siendo a la baja”, dijo Lagarde, y agregó que “el crecimiento del crédito sigue siendo lento en medio de una demanda débil”.
El BCE se reunirá nuevamente el 17 de octubre, pero Lagarde claramente se abstuvo de hacer especulaciones sobre futuros movimientos de las tasas de interés.
Centrarse en las reformas estructurales
Sin embargo, el mensaje central de la conferencia de prensa de Lagarde fue la necesidad de reformas estructurales europeas para impulsar el crecimiento y la productividad.
Elogió el informe de Mario Draghi sobre la competitividad europea y el informe de Enrico Letta sobre el fortalecimiento del mercado único, ambos subrayan la urgencia de la reforma y ofrecen propuestas concretas.
«Es un informe formidable» que presenta «un diagnóstico severo pero que es justo desde nuestro punto de vista», afirmó.
Añadió que «se apunta a reformas estructurales, propuestas prácticas para lograr esas reformas estructurales que podrían ser extremadamente útiles para que Europa sea más fuerte, pero también para nosotros como banco central, para lograr mejores resultados en nuestra política monetaria si la productividad puede aumentar como resultado de las reformas estructurales».
«Las reformas estructurales son responsabilidad de los gobiernos», remarcó.
Lagarde también destacó la importancia de la Unión de los Mercados de Capitales, afirmando: «Sería una muy buena noticia para nosotros si se pudiera implementar la Unión de los Mercados de Capitales y se pudiera disponer de más financiación para financiar la innovación».
Ella vinculó estas reformas con los objetivos más amplios del BCE, señalando que son beneficiosas «cuando se trata de la inflación, la estabilidad de precios y los componentes que sustentan el trabajo que hacemos».
El informe de Draghi, subrayó Lagarde, incluye una amplia gama de reformas estructurales que requieren un fuerte liderazgo gubernamental, especialmente en el contexto del fortalecimiento de la soberanía de Europa en circunstancias geopolíticas desafiantes.