Tesla pronto podría superar un obstáculo regulatorio crítico para su sistema de conducción autónoma, y el apoyo de Elon Musk a Donald Trump parece dar sus frutos. Si los servicios Robotaxi del fabricante de automóviles eléctricos reciben la aprobación regulatoria, podría marcar el comienzo de otra fase de crecimiento meteórico para la empresa.
Las acciones de Tesla subieron más de un 5% el lunes tras un informe de Bloomberg de que el equipo de transición del presidente electo Donald Trump planea priorizar el establecimiento de un nuevo marco federal para la regulación de los vehículos autónomos en el Departamento de Transporte.
Las reglas propuestas podrían beneficiar significativamente a Tesla, cuyas ambiciones de servicios autónomos de transporte representan un próximo paso fundamental en la estrategia de crecimiento de la compañía. Elon Musk, un firme partidario de Trump durante su campaña, ha vinculado el futuro de Tesla a su tecnología Full Self-Driving (FSD) y su negocio Robotaxi.
La capitalización de mercado de Tesla ha superado el billón de dólares (0,94 billones de euros) desde la victoria electoral de Trump, y las acciones se han disparado un 37% desde el día de las elecciones y un 29% en lo que va del año. Antes de las elecciones, Tesla había tenido el desempeño más débil entre los gigantes tecnológicos estadounidenses de los «Siete Magníficos».
De vehículos eléctricos a vehículos autónomos
A Elon Musk, quien se convirtió en director ejecutivo de Tesla en 2008, se le atribuye ampliamente el mérito de haber impulsado la revolución de los vehículos eléctricos. Si bien Tesla experimentó un crecimiento meteórico durante la última década, en los últimos años se ha visto una demanda global debilitada y una intensa competencia de sus rivales chinos, lo que ha llevado a la compañía a buscar nuevas vías de crecimiento.
En el evento «We, Robot» de octubre, Musk presentó el Robotaxi de Tesla, un servicio Cybercab autónomo sin volante ni pedales. Se espera que el modelo, totalmente basado en cámaras e inteligencia artificial para la navegación, cueste menos de 27.000 euros y funcione con un coste medio de 0,18 euros por milla. Musk describió los planes para lanzar el servicio en Texas y California, con expansión a otros estados para 2025, dependiendo de la aprobación regulatoria. La producción en masa del Cybercab podría comenzar ya en 2026.
Desafíos regulatorios
A pesar de la ambiciosa visión de Musk, el sistema FSD de Tesla ha enfrentado el escrutinio de los reguladores. En Estados Unidos, cada fabricante de automóviles puede desplegar hasta 2.500 vehículos autónomos por año bajo las exenciones otorgadas por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA).
El mes pasado, la NHTSA lanzó una investigación sobre Tesla luego de un incidente fatal que involucró a un peatón y un conductor que usaba el sistema FSD de Tesla, que aún requiere monitoreo del conductor. Se espera que los modelos totalmente autónomos de Tesla, que carecen de volante y pedales, enfrenten importantes obstáculos regulatorios.
Bajo la administración de Trump, el Departamento de Transporte puede introducir reglas relajadas para los vehículos autónomos, lo que podría eliminar obstáculos para la tecnología innovadora de Tesla. Sin embargo, será necesaria la aprobación bipartidista en el Congreso para aprobar cualquier nuevo marco, lo que sugiere que los desafíos regulatorios podrían persistir en el corto plazo. Superar estos obstáculos marcaría un hito importante para Tesla, facilitando su transición de vehículos eléctricos (EV) a vehículos autónomos (AV).
El marco de la UE para los vehículos autónomos
Un avance regulatorio en EE. UU. podría impulsar a otras regiones a acelerar la adopción de regulaciones de conducción autónoma. En la Unión Europea, Alemania ha asumido un papel de liderazgo al desarrollar marcos de nivel 3 y 4 para la conducción autónoma. La UE ha alineado su enfoque con el de Alemania, implementando estándares regulatorios similares para regular estas tecnologías avanzadas.
Los vehículos de nivel 3, que requieren un conductor seguro, ya están permitidos en las vías públicas, mientras que se espera que para 2025 los vehículos de nivel 4, que permiten el control remoto con una mínima intervención humana. Musk planea introducir los coches FSD de Tesla con funciones de asistencia en Europa y China en principios de 2025, alineándose con el cronograma regulatorio de la UE.
Progreso en China
China, un mercado clave para Tesla, ha estado avanzando rápidamente en su marco regulatorio para vehículos autónomos. Según S&P Global, el gobierno chino ha seleccionado 20 ciudades para participar en un programa piloto de vehículos conectados inteligentes, con proyecciones de que se venderán aproximadamente 250.000 vehículos autónomos de nivel 4 para servicios de movilidad para 2034.
Los avances regulatorios en EE. UU., la UE y China significan un creciente impulso global hacia la conducción autónoma. Si Tesla navega con éxito estos marcos, su ambicioso programa Robotaxi podría redefinir la trayectoria de crecimiento de la compañía y remodelar la industria del transporte global.