domingo, enero 19, 2025

Líder de secta keniana a juicio por terrorismo mientras 400 personas mueren de hambre para «conocer a Jesús»

Mackenzie, que fue arrestado en abril del año pasado, supuestamente incitó a sus acólitos a morir de hambre para “encontrar a Jesús”.

Él y sus coacusados ​​se declararon inocentes de los cargos de terrorismo en una audiencia celebrada en enero.

También enfrentan cargos de asesinato, homicidio, secuestro y tortura y crueldad infantil en casos separados.

El autoproclamado pastor Paul Nthenge Mackenzie (izquierda) está acusado de incitar a los seguidores de una secta a morir de hambre “para conocer a Jesús”. Foto: AFP

Hasta ahora se han desenterrado los restos de más de 440 personas en un desierto remoto en el interior de la ciudad costera de Malindi en el Océano Índico, en un caso que se ha denominado la “masacre del bosque de Shakahola”.

Las autopsias han descubierto que, si bien el hambre parecía ser la principal causa de muerte, algunas de las víctimas, incluidos niños, fueron estranguladas, golpeadas o asfixiadas.

Documentos judiciales anteriores también decían que a algunos de los cuerpos se les habían extraído los órganos.

Mackenzie, un ex taxista, se entregó el 14 de abril después de que la policía, siguiendo una pista, ingresara primero al bosque de Shakahola, donde se encontraron fosas comunes.

En marzo, las autoridades comenzaron a entregar los cuerpos de algunas víctimas a sus angustiados familiares después de meses de arduo trabajo para identificarlos mediante ADN.

Se han planteado preguntas sobre cómo Mackenzie, un autoproclamado pastor con antecedentes de extremismo, logró evadir la aplicación de la ley a pesar de su destacado perfil y sus casos legales previos.

Líder de secta keniana a juicio por terrorismo mientras 400 personas mueren de hambre para "conocer a Jesús"
Una fosa común en Shakahola, en las afueras de la ciudad costera de Malindi, Kenia. El líder de una secta apocalíptica de Kenia fue juzgado el lunes por cargos de terrorismo por la muerte de más de 400 de sus seguidores. Foto: AFP

El ministro del Interior, Kithure Kindiki, acusó el año pasado a la policía keniana de negligencia al investigar los informes iniciales de hambruna.

“La masacre de Shakahola es la peor violación de la seguridad en la historia de nuestro país”, dijo en una audiencia del comité del Senado, y prometió “presionar incansablemente para que se realicen reformas legales para dominar a los predicadores rebeldes”.

En marzo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR), respaldada por el Estado, criticó a los agentes de seguridad de Malindi por “abdicación flagrante del deber y negligencia”.

La horrible saga ha llevado al presidente William Ruto a prometer intervenir en los movimientos religiosos locales de Kenia.

En Kenia, un país mayoritariamente cristiano, también ha puesto de relieve los fallidos esfuerzos por regular iglesias y sectas sin escrúpulos que han incursionado en la criminalidad.

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