jueves, enero 9, 2025

Líder opositor boliviano detenido por cargos de ‘terrorismo’

Los fiscales de Bolivia buscan seis meses de prisión preventiva en el caso de Luis Fernando Camacho, el gobernador de Santa Cruz y destacado líder derechista cuyo repentino arresto el miércoles provocó acusaciones de secuestro.

Camacho está detenido en la capital política de La Paz por cargos de “terrorismo”, confirmó este jueves el fiscal Omar Mejillones en un comunicado.

El gobernador de Santa Cruz también enfrenta investigaciones en curso sobre su papel durante la crisis política de Bolivia de 2019, que condujo a la salida del entonces presidente Evo Morales. Entre los cargos que se están considerando se encuentran incumplimiento del deber, abuso de influencia y ataques al presidente y altos funcionarios.

Camacho, un excandidato presidencial que encabeza la poderosa coalición conservadora cristiana Creemos, había sido un líder durante las protestas de 2019 que ayudaron a destituir a Morales, el primer presidente indígena del país, de su cargo.

En un comunicado, Camacho rechazó las acusaciones y dijo que carecían de credibilidad.

La crisis política de 2019 hizo que Morales buscara un cuarto mandato consecutivo como presidente, una medida que sus críticos denunciaron como inconstitucional. Morales había apelado con éxito a la Corte Suprema para abolir los límites de mandato después de que los votantes se negaran a hacerlo en un referéndum de 2016.

Morales ganó con éxito su cuarto mandato en octubre de 2019, pero la elección se vio envuelta en denuncias de fraude y estallaron protestas contra el liderazgo de Morales. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos estima que 36 personas perdieron la vida en la crisis. Con una auditoría internacional en curso y violencia en las calles, el ejército boliviano pidió la renuncia de Morales.

Lo hizo, dejando el cargo en noviembre de 2019, pero condenó el conflicto como un “golpe de Estado”. El jueves, Morales aplaudió el arresto de Camacho con una publicación en Twitter.

“Finalmente, después de tres años, Luis Fernando Camacho responderá por el golpe de Estado que derivó en robos, persecuciones, detenciones y masacres del gobierno de facto. Confiamos en que esta decisión se mantenga con la firmeza que demanda el clamor popular por justicia”, escribió Morales.

Los aliados de Camacho, mientras tanto, han calificado el arresto como un “secuestro”, organizado por el partido político Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales.

En un comunicado publicado en las redes sociales de Camacho el jueves, su equipo legal dijo que el poder judicial de Bolivia había “prácticamente cerrado las puertas” a sus acciones legales para liberar al gobernador y continuaba “violando [his] derechos constitucionales».

El arresto de Camacho y su posterior encarcelamiento han aumentado las tensiones existentes entre el gobierno de izquierda de Bolivia y el de Santa Cruz, el más grande de los nueve departamentos del país, liderado por los conservadores.

Tras el anuncio de la fiscalía el jueves, el derechista Comité Pro-Santa Cruz -un grupo cívico del que Camacho fue presidente- anunció que encabezaría un paro general el viernes y bloqueos en las carreteras del departamento.

Los manifestantes ya han tomado las calles de Santa Cruz para bloquear carreteras. Según los informes, la oficina del fiscal local fue incendiada. Y el miércoles, en medio de informes de que Camacho estaba siendo trasladado en avión a La Paz para enfrentar cargos, los manifestantes ingresaron a dos aeropuertos de Santa Cruz en un aparente intento de detener su transporte.

El ministro de Obras Públicas de Bolivia, Edgar Montano, acudió a Twitter el jueves para decir que su casa en Santa Cruz había sido atacada e incendiada, “violando la integridad y seguridad de mi familia”. Culpó a Camacho y al Comité Pro-Santa Cruz por el ataque.

“No nos van a amedrentar con hechos delictivos como quemar mi casa y llamamientos en redes sociales a saquear instituciones y casas de otros funcionarios”, tuiteó y agregó: “#SantaCruz no es un país independiente”.

Un manifestante frente a la oficina del fiscal estatal en La Paz, Bolivia, clama por la liberación del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho. [Claudia Morales/Reuters]

A principios de este año, el Comité Pro-Santa Cruz encabezó protestas generalizadas después de que el actual presidente Luis Arce, miembro del partido Movimiento al Socialismo de Morales, anunciara planes para posponer el censo de Bolivia.

Se esperaba que el censo, originalmente programado para este año, mostrara el crecimiento de la población en Santa Cruz, un departamento productor de soja rico en agricultura que también alberga la ciudad más grande del país. Eso, a su vez, habría resultado en más fondos gubernamentales asignados al departamento, así como una mayor representación en el Congreso.

Los fiscales han prometido buscar el “castigo más severo” por cualquier acto de violencia derivado de las protestas de esta semana. Mientras tanto, los políticos bolivianos que representan al partido Creemos de Camacho han pedido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que proteja la “seguridad e integridad” de Camacho.

Un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo a Reuters: “Fomentamos la observancia de las normas internacionales y la confianza en las instituciones democráticas. Instamos a todas las partes a resolver este problema de manera pacífica y democrática”.

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