El domingo, muchos cristianos de toda Siria asistieron a misa por primera vez desde la caída de Bashar al-Assad. En Alepo, se cree que sólo queda el 10% de la población cristiana de antes de la guerra. Desde que tomó la ciudad, Hayat Tahrir al-Sham se ha comunicado dos veces con representantes de grupos minoritarios para insistir en que serán protegidos. Pero, como pudo comprobar el equipo de FRANCE 24 sobre el terreno, algunos miembros de la comunidad cristiana no están convencidos.
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