Cinco semanas en el cargo, Biden no ha alcanzado a su exjefe, Barack Obama, en varias áreas, y está bajo presión para hacer más para restaurar la confianza en el gobierno federal luego del caótico mandato de Trump en la Casa Blanca.
Entre las críticas: Los horarios para el presidente y el vicepresidente no se publican en línea. La línea de comentarios de la Casa Blanca está cerrada. No hay peticiones ciudadanas en el sitio web de la Casa Blanca. La Casa Blanca se ha comprometido a publicar registros de visitantes. Pero no planea divulgar los nombres de los asistentes a las reuniones virtuales, que son el modo principal de interacción hasta que la pandemia de coronavirus se alivie.
Y aunque Biden ha recibido elogios por mantener informado al público estadounidense, principalmente al reanudar las conferencias de prensa diarias de la Casa Blanca, aún no ha realizado una conferencia de prensa propia.
“Los pasos que han tomado son bienvenidos, pero insuficientes para el momento y la necesidad”, dijo Alex Howard, un defensor del gobierno abierto que dirige el Proyecto de Democracia Digital en el Fondo Educativo Demand Progress, un brazo de un grupo de izquierda. “Necesitan seguir ‘mostrando su trabajo’ abriendo reuniones de gabinete, revelando información y utilizando capital político para enfatizar que estar ‘abiertos por defecto’ no es solo una opción sino una obligación en todo el gobierno”.