Durante la noche del jueves 30 de mayo, los rusos perdieron su sistema de detección de radar de largo alcance Nebo-SVU valorado en casi 100 millones de dólares.
Según las fuentes, fue atacado por varios drones desarrollados por las unidades de contrainteligencia militar del SBU.
El interlocutor informó que el radar instalado cerca de Armyansk controlaba una sección del frente de 380 kilómetros, garantizando la protección de las instalaciones enemigas en el territorio de Crimea.
Según una fuente, después del ataque de los drones del SBU, el equipo de inteligencia espacial registró el apagado de la señal del radar y nunca más volvió a registrarlo desde entonces.
«Esta operación especial del SBU dejó a la defensa aérea rusa ‘ciega’ en una gran parte del frente», dijo.
Como informa Ukrinform, las Fuerzas de Defensa de Ucrania, junto con el SBU, llevaron a cabo una operación de varios días para destruir la logística que garantiza las operaciones vitales de las tropas rusas en Crimea temporalmente ocupada.