La mayoría de nosotros hemos experimentado la sensación de dolor de espalda después de estar sentados encorvados en un escritorio durante demasiado tiempo.
Ahora resulta que los antiguos egipcios eran exactamente iguales.
Un estudio muestra que las tareas repetitivas realizadas por los escribas del antiguo Egipto (hombres de alto estatus con la habilidad de escribir y que realizaban tareas administrativas) y las posiciones en las que se sentaban mientras trabajaban pueden haber provocado cambios esqueléticos degenerativos.
Investigadores en Praga, República Checa, examinaron los restos óseos de 69 varones adultos, 30 de los cuales eran escribas, que fueron enterrados en la necrópolis de Abusir, Egipto, entre 2700 y 2180 a.C.
Identificaron cambios degenerativos en las articulaciones que eran más comunes entre los escribas en comparación con los hombres con otras ocupaciones.
Los escribas egipcios eran hombres de alto estatus, con capacidad de escribir y que realizaban tareas administrativas. En la foto, una estatua de un escriba de alto rango.
La mayoría de nosotros hemos experimentado la sensación de dolor de espalda después de estar sentados encorvados frente a un escritorio durante demasiado tiempo. Ahora resulta que los antiguos egipcios eran iguales (foto de archivo)
Estos cambios se produjeron en las articulaciones que conectan la mandíbula inferior con el cráneo, la clavícula derecha y la parte superior del húmero derecho (donde se une con el hombro).
También estaban en el primer hueso metacarpiano del pulgar derecho, en la parte inferior del muslo (donde se une con la rodilla) y en toda la columna, pero especialmente en la parte superior.
Otras características esqueléticas que eran más comunes entre los escribas eran una hendidura en ambas rótulas y una superficie aplanada en un hueso en la parte inferior del tobillo derecho.
Los autores sugieren que los cambios degenerativos observados en las columnas y los hombros de los escribas podrían ser resultado de permanecer sentados durante períodos prolongados en posición de piernas cruzadas, con la cabeza inclinada hacia adelante, la columna flexionada y los brazos sin apoyo.
Según los expertos, las tareas repetitivas que realizaban los escribas egipcios (hombres de alto estatus con la habilidad de escribir y que realizaban tareas administrativas) y las posiciones que ocupaban mientras trabajaban pueden haber provocado cambios esqueléticos degenerativos. En la imagen, estatuas que representan al alto dignatario Nefer, un escriba, y a su esposa en Abusir, Egipto
Este dibujo de un antiguo escriba egipcio indica las regiones más afectadas del esqueleto.
Sin embargo, los cambios en las rodillas, las caderas y los tobillos podrían indicar que los escribas podrían haber preferido sentarse con la pierna izquierda arrodillada o con las piernas cruzadas y la pierna derecha doblada con la rodilla apuntando hacia arriba (en una posición en cuclillas o agachada).
El equipo de autores, dirigido por expertos del Departamento de Antropología del Museo Nacional de Praga, señala que las estatuas y las decoraciones murales de las tumbas han representado a los escribas sentados en ambas posiciones, además de de pie, mientras trabajaban.
La degeneración de las articulaciones de la mandíbula podría haber sido el resultado de que los escribas masticaran los extremos de los tallos de los juncos para formar cabezas parecidas a cepillos con las que podían escribir, mientras que la degeneración del pulgar derecho podría haber sido causada por pellizcar repetidamente sus plumas.
Los hallazgos proporcionan una mayor comprensión de la vida de los escribas en el antiguo Egipto durante el tercer milenio a. C.
Modelo del cráneo de Nefer, el ‘supervisor de los escribas de la tripulación’ y ‘supervisor de los escribas de los documentos reales’
Los autores escriben en Informes Científicos: ‘Los hombres que sabían escribir disfrutaban de una posición privilegiada en la sociedad del antiguo Egipto.
‘Las investigaciones centradas en estos funcionarios de elevado estatus social («escribas») generalmente se concentran en sus títulos, estatuas de escribas, iconografía, etc., pero se han descuidado los individuos mismos y sus restos óseos.
‘Las diferencias estadísticamente significativas entre los escribas y el grupo de referencia atestiguaron una mayor incidencia de cambios en los escribas y se manifestaron especialmente en la aparición de osteoartritis de las articulaciones.
Nuestra investigación revela que permanecer sentado con las piernas cruzadas o de rodillas durante períodos prolongados, y las tareas repetitivas relacionadas con la escritura y el ajuste de las plumas de junco durante la actividad de copista, causaron una sobrecarga extrema de las regiones de la mandíbula, el cuello y los hombros.