Mientras Nigeria enfrenta desafíos económicos, muchos recurren a Ajo, un sistema de ahorro comunitario arraigado en la confianza y la tradición.
Para los comerciantes y las personas de bajos ingresos, es un salvavidas que les proporciona sumas globales de efectivo para proyectos y necesidades urgentes. Pero sin regulación, los usuarios de Ajo corren el riesgo de perder sus ahorros debido al fraude.
La comerciante Tessy Ajakaye, de 50 años, es una de los millones de nigerianos que dependen de Ajo. Para ella, es más que una simple herramienta de ahorro: es la columna vertebral de su negocio. Ajakaye contribuye diariamente y conocer su pago más adelante le ayudará a ampliar su inventario.
En el sistema Ajo, los participantes hacen contribuciones en efectivo diaria o semanalmente a un poseedor de dinero como parte de un programa de ahorro. Cada participante recibe una suma global periódica que puede utilizarse para las necesidades comerciales.
«Ajo significa pequeños ahorros que no se llevan al banco», dijo. Al final del año, cobra esas cantidades de Ajo y «las usaré el año próximo para impulsar mi negocio. Cuando pides un préstamo, lo pagas con intereses. Pero Ajo, este es tu dinero. Lo que ahorras es lo que ellos darte.»
Ajo no está exento de riesgos. Rose Ojoma, otra comerciante, perdió sus ahorros a manos de un cobrador fraudulento durante un período festivo, un problema común en los esquemas no regulados.
Ojoma dijo que coleccionistas sin escrúpulos se habían llevado su dinero durante la temporada navideña. Algunos, dijo, tomarán las contribuciones de un mes «como una oportunidad para escaparse y no poder encontrarlas». Dijo que como resultado contribuye menos para reducir su riesgo.
Ajo, un término yoruba para ahorro o microahorro, ha existido durante generaciones en Nigeria y en toda África bajo nombres como Esusu y Adashe. Prospera en comunidades de bajos ingresos y ofrece una forma sencilla de ahorrar y acceder a fondos sin bancos.
El economista Jide Ojo dijo que Ajo llena el vacío de los nigerianos excluidos de los sistemas bancarios formales. Dijo que Ajo es simple y útil porque permite a los contribuyentes realizar proyectos o acceder a servicios mucho más fácilmente con sus ahorros. Dijo que también les ayuda a ser prudentes en sus gastos, porque es una forma de ahorrar algo, en lugar de utilizar todos los ingresos.
Pero la falta de regulación deja a los participantes vulnerables.
El economista de desarrollo Hauwa Mustapha reconoce los beneficios del sistema, pero pide reformas para mejorar la seguridad.
«El gobierno no tiene ningún papel directo para proteger los sistemas de ahorro informales», afirmó Mustapha. «El plan de ahorro informal, tal como está, es informal, es personal, depende de tu elección, es voluntario. Creo que será importante, si pueden estar bien educados e ilustrados, entender cómo poner alguna forma legal en «El concepto de Ajo puede ayudar a asegurar más los fondos. Y también creo que los bancos pueden volverse más flexibles y adoptar ese principio de Ajo en el banco».
A pesar de sus defectos, Ajo sigue siendo un salvavidas para millones de personas en la economía informal de Nigeria.
Los expertos dicen que al combinar la tradición con la regulación, Ajo podría convertirse en una herramienta más segura y poderosa para la estabilidad financiera en la desafiante economía de Nigeria.