Los videos de protestas contra Ruanda circulan en las redes sociales mientras Kinshasa acusa a Kigali de respaldar a los rebeldes en el este de la RDC.
La vida en Kinshasa iba bien para Zawadi, una madre de dos hijos de Ruanda, hasta que los combates lejanos avivaron la ira congoleña contra su país y aparecieron en las redes sociales videos de hombres con machetes merodeando por las calles de la ciudad en busca de ruandeses.
Los problemas comenzaron en mayo, cuando el grupo rebelde M23 reanudó los intensos combates contra el ejército en el este de la República Democrática del Congo (RDC) después de años de relativa tranquilidad.
La República Democrática del Congo acusa a Ruanda de apoyar al M23, lo que Ruanda niega.
Cientos de kilómetros al oeste, en Kinshasa, la capital congoleña, Zawadi vio con horror cómo circulaban en las redes sociales videos de manifestaciones contra Ruanda y personas que conocía comenzaban a publicar imágenes y eslóganes contra Ruanda.
“No puedo llevar a mis hijos a la escuela. No puedo ir al mercado. Tengo que quedarme en casa”, dijo Zawadi, quien se negó a dar su apellido por motivos de seguridad.
Ella ya no puede trabajar también.
“Incluso mis socios comerciales, cuando me ven, lanzan palabras de odio”, dijo Zawadi, hablando en su casa, donde pasa horas todos los días con sus dos hijos pequeños, siguiendo los últimos desarrollos en su teléfono.
A principios de junio, un video que circuló ampliamente mostraba a algunos hombres, armados con machetes y con el rostro envuelto en banderas congoleñas, holgazaneando en una calle de Kinshasa frente a una tienda de propiedad de Ruanda.
Otro video, filmado durante una protesta en la ciudad el 30 de mayo, mostraba a una multitud vitoreando mientras se incendiaba una imagen del presidente ruandés Paul Kagame, desfigurado con un bigote y una esvástica al estilo de Hitler.
Los manifestantes, incluidas algunas figuras políticas conocidas, han exigido el cierre de la embajada de Ruanda.
El comisionado provincial de policía, general Sylvano Kasongo, dijo que los agentes tenían órdenes de arrestar a cualquier persona vestida con atuendos paramilitares y que adoptara una actitud amenazante, y que ya se habían producido algunos arrestos.
“La gente de Kinshasa es hospitalaria”, dijo, condenando las protestas contra Ruanda y atribuyéndolas a una minoría.
El gobernador de Kinshasa, Gentiny Ngobila, instó a los residentes a no descargar su ira con los ciudadanos ruandeses.
“No debemos caer en esa retórica xenófoba porque daría municiones a quienes utilizarían la excusa de que los ruandeses son perseguidos en el Congo, por lo que es necesario acudir en su rescate”, dijo Ngobila.
Se refería a una justificación dada por Ruanda para invadir la República Democrática del Congo en 1996 y 1998. Pero los llamados a la moderación han hecho poco para calmar los temores de Zawadi.
“Donde quiera que vayas, piensas que la gente podría matarte, la gente podría hacerte daño”, dijo.