Nacido en una familia modesta, fue descrito como un joven «responsable y obediente» que cursó la carrera de derecho durante los primeros años de la democracia antes de convertirse en funcionario
Un acalorado debate de campaña contra el líder del Partido Socialista, Pedro Sánchez, elevó la posición política del líder de la oposición a los ojos de muchos españoles. Alberto Núñez Feijóo salió victorioso frente al aguerrido jefe de Gobierno, proyectando una imagen presidencial que finalmente convenció a numerosos indecisos que buscaban un cambio de rumbo.
Pese a liderar el Partido Popular durante más de un año, Feijóo tenía un perfil bajo. Desarrolló gran parte de su carrera política en Galicia, donde estuvo al frente del gobierno regional durante 13 años. Renovando su mandato con mayorías, impidió el ascenso local de la extrema derecha.
Nacido en una familia modesta, fue descrito como un joven «responsable y obediente» que cursó la carrera de derecho durante los primeros años de la democracia. Aunque aspiraba a convertirse en magistrado, optó por convertirse en funcionario público para mantener a su familia cuando su padre perdió el trabajo.
En 1995 se tomó una fotografía de la que se arrepentiría años después. Feijóo, que estaba en el gobierno gallego, fue captado posando en un yate con un narcotraficante Marcial Dorado. El político afirmó que no sabía quién era y que ni siquiera eran amigos. Publicada por primera vez en 2013, la foto reapareció en los medios en la recta final de esta campaña electoral.
En 2006 asumió la dirección del Partido Popular en Galicia. Tres años más tarde conoció a su actual pareja, una empresaria gallega, con la que tiene un hijo… y tomó con firmeza las riendas del gobierno regional. Durante años, Feijóo rechazó la tentación del Madrid. Dijo que su «única ambición» estaba centrada en Galicia.
Pero, cuando el partido enfrentó conflictos internos, no pudo ignorar el grito de auxilio. Para muchos, Feijóo representa unidad, eficiencia y previsibilidad, mientras que su posición en la política internacional permanece un tanto indefinida. Sus principales argumentos se centran en abolir «el sanchismo», que ha definido como el arte de «aceptar hacer lo que sea, con quien sea y al precio que sea, para permanecer en el poder el mayor tiempo posible». Este argumento podría ser un llamamiento simple y directo a aquellos españoles que desean un cambio de rumbo.
Tras el último debate con Sánchez, el único entre los dos candidatos, las encuestas apuntaban a un desplazamiento de los votos de la extrema derecha hacia el Partido Popular, así como de las filas socialistas.
Al igual que su planteamiento en Galicia, Feijóo quiere una mayoría que le permita gobernar sin constricciones ni sorpresas.