«INUNDACIONES DEL MERCADO EUROPEO»
Tanto Macron como von der Leyen hicieron del comercio una prioridad en las conversaciones, subrayando que Europa debe defender sus «intereses estratégicos» en sus relaciones económicas con China en medio de temores de una guerra comercial.
Von der Leyen dijo que había «desequilibrios que siguen siendo significativos» y «un motivo de gran preocupación», destacando los subsidios chinos a los coches eléctricos y al acero que estaban «inundando el mercado europeo».
Macron agradeció a Xi por no imponer derechos de aduana «provisionales» al coñac francés en medio de una investigación antidumping en curso, y le obsequió botellas de la costosa bebida.
Grupos de derechos humanos y opositores políticos han criticado la alfombra roja de bienvenida a Xi.
Acusan a Macron de hacer la vista gorda ante los abusos de Beijing, incluida la represión de la minoría uigur, al tiempo que ponen demasiado énfasis en las promesas de su homólogo.
La visita también coincidió con una intensificación de las preocupaciones sobre supuestos ataques de piratería informática chinos -negados por Beijing- contra legisladores y funcionarios de países europeos, incluidos Francia, Alemania y el Reino Unido.
Raphael Glucksmann, candidato socialista a las elecciones al Parlamento Europeo de junio, denunció el «tono amistoso» de la visita.
Dijo a la televisión RTL: «El hombre que deporta a los uigures (y) reprime al pueblo de Hong Kong y a los tibetanos no es nuestro amigo».