“Consideramos lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas, desde el inicio de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido en su contra un ambiente de confrontación y hostilidad, hasta llevarlo a tomar decisiones que han servido a sus adversarios para consumar su destitución con el precepto sui generis de ‘incapacidad moral’”, publicó el jefe de Estado mexicano en su cuenta de Twitter.
RELACIONADO:
Vicepresidenta toma posesión en Perú tras destitución de Castillo
Castillo permanece en la prefectura de Lima tras abandonar la sede del Ejecutivo tras intentar cerrar el parlamento.
López Obrador señaló que un «principio fundamental» de la política exterior mexicana es «la no intervención y la libre determinación de los pueblos. A eso nos adherimos en el caso de lo ocurrido en Perú».
Finalmente, la posición del presidente estadounidense expresa su deseo de que “ojalá se respeten los derechos humanos y haya estabilidad democrática en beneficio del pueblo peruano”.
Poco antes, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, anunció que debido a los acontecimientos desatados en Lima, se postergó la Cumbre de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) prevista para el 14 de diciembre en la capital peruana.
El jefe de la diplomacia mexicana lamentó estos hechos y pronunció “respeto a la democracia y los derechos humanos” por el bien del pueblo peruano.
Tras el anuncio de Castillo, la mayoría del Congreso aprobó su destitución con 101 votos a favor.
La Vicepresidenta del Perú, Dina Boluarte, asumió el cargo de Jefa de Estado y juró ejercer el cargo de Presidente de la República “de conformidad con la Constitución Política del Perú”.
Esta vertiginosa secuencia de hechos la convirtió en la primera mujer en ocupar la presidencia en la historia de la nación sudamericana.