La policía, los fiscales y los peritos forenses del estado de Sinaloa, en el norte de México, conspiraron para encubrir el Asesinato de un opositor del gobernador del estado del partido gobernante.utilizando una camioneta manchada de sangre encontrada en la escena del crimen, dijeron los fiscales federales el domingo 20 de octubre.
La explosiva declaración de los fiscales federales respalda la versión del narcotraficante encarcelado Ismael “El Mayo” Zambada. Zambada afirma que lo obligaron a subir a un avión el 25 de julio por otro capo de la droga que los llevó a ambos a los Estados Unidos y los entregó a las autoridades estadounidenses.
Zambada dijo en una carta en agosto que Héctor Cuén, opositor del gobernador del partido gobernante Rubén Rocha, fue asesinado el 25 de julio en la misma hora y en el mismo rancho donde Zambada fue secuestrado. Los fiscales federales revelaron el domingo que efectivamente se encontró sangre de Cuén en el rancho.
El gobernador Rocha no ha respondido públicamente a la declaración de los fiscales del domingo, pero ha dicho en el pasado que Cuén fue asesinado por hombres armados en un robo aleatorio fallido en una estación de gasolina a millas de distancia ese mismo día, y los fiscales del estado de Sinaloa mostraron imágenes de las cámaras de seguridad de el presunto ataque.
Pero los fiscales federales rápidamente notaron que algo andaba mal con ese video: los registros post mortem mostraron que el cuerpo de Cuén tenía cuatro heridas de bala, mientras que en las imágenes de la cámara de seguridad solo se puede escuchar un disparo, y los empleados de la gasolinera dijeron que no escucharon ninguno.
El cuerpo acribillado a balazos de Cuén no pudo ayudar a resolver el enigma, porque los funcionarios de Sinaloa violaron todas las reglas de investigación de asesinato al permitir que el cuerpo fuera incinerado casi de inmediato.
Más tarde se demostró que las imágenes de la estación de gasolina eran una falsificación, pero algo en la camioneta blanca que se veía en las imágenes era real: tenía la sangre de uno de los guardaespaldas de confianza de Zambada en la plataforma de carga.
Eso implicaba que la policía estatal de Sinaloa, los investigadores de la escena del crimen y los fiscales encontraron el cadáver del guardaespaldas en la camioneta y se deshicieron del cuerpo o al menos tomaron el vehículo manchado de sangre de la escena del crimen para fingir un robo a punta de pistola en el gas. estación.
“Todo lo anterior confirma la investigación policial y fiscal que ha confirmado las presuntas responsabilidades administrativas y penales de policías, detectives, peritos forenses y fiscales estatales de Sinaloa que han sido investigados exhaustivamente respecto de su participación en la muerte de Héctor (Cuén)” dijo la Procuraduría General de la República en un comunicado el domingo.
La noticia parece complicar aún más la posición del gobernador Rocha, que pertenece al gobernante Partido Morena de la presidenta Claudia Sheinbaum. Sheinbaum ha respaldado firmemente a Rocha hasta el momento. Pero Rocha ha hecho poco o nada para sofocar los sangrientos combates que estallaron entre las facciones rivales de los dos capos del narcotráfico de Sinaloa que estallaron después del 25 de julio.
En cambio, Rocha ha tratado de restar importancia a los tiroteos, los asesinatos, los secuestros y los controles de carreteras de los cárteles que han surgido alrededor de la capital del estado, Culiacán. El jueves, horas antes de que hombres armados abrieran fuego contra las oficinas de un periódico local, el gobernador Rocha dijo: “No hay nada de qué preocuparse” y “Todo está bajo control”.
Rocha, un estrecho colaborador del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien dejó el cargo el 30 de septiembre, ha estado implicado en los acontecimientos del 25 de julio desde el principio, aunque él lo niega.
Zambada ha dicho que Joaquín Guzmán López, líder de una facción rival del cartel en quien, no obstante, confiaba, lo había invitado a la reunión para ayudar a limar la feroz rivalidad política entre el gobernador Rocha y Cuén, quienes estaban peleando.
Zambada fue famoso por eludir la captura durante décadas debido a su aparato de seguridad personal increíblemente estricto, leal y sofisticado. Pero dijo que el 25 de julio dejó atrás a la mayor parte de su equipo de seguridad y entró con solo dos guardaespaldas porque esperaba que tanto Cuén como el gobernador Rocha estuvieran presentes.
Desde entonces no se ha sabido nada de los dos guardaespaldas.
El hecho de que Zambada dejara atrás conscientemente toda su seguridad para reunirse con los políticos sugiere que consideraba creíble y factible dicha reunión. Lo mismo ocurre con la idea de que Zambada, como líder del ala más antigua del cartel de Sinaloa, podría actuar como árbitro en las disputas políticas del estado.
Rocha ha negado haber conocido o haber asistido a la reunión donde Zambada fue secuestrado, afirmando que había pedido prestado el jet privado de un empresario para volar a California ese día. Pero si bien existe un registro de vuelo de ese avión, Rocha nunca ha mostrado los documentos migratorios que habría presentado para ingresar a Estados Unidos, lo que genera dudas de que estuviera a bordo del avión.
La percibida traición de El Mayo ha llevado a feroces peleas entre sus seguidores, conocidos como “Mayitos”, y los seguidores de Guzmán López, quien, como uno de los hijos del narcotraficante encarcelado Joaquín “El Chapo” Gúzmán, fue co- líder de la facción conocida como los “Chapitos”.
Fuente: AP
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