Las próximas elecciones presidenciales de Moldavia y el referéndum sobre la UE del 20 de octubre se consideran fundamentales para determinar su dirección futura hacia la integración de la Unión Europea.
La titular pro-occidental Maia Sandu es principal en las encuestas, pero si no alcanza el umbral del 50%, se realizará una segunda vuelta el 3 de noviembre.
Sandu también espera un fuerte voto «sí» en el referéndum para solidificar la adhesión a la UE como objetivo constitucional.
Recientemente han surgido acusaciones de intromisión rusa, y el oligarca prorruso Ilan Shor ha sido acusado de intentar influir en los votantes para que se opongan a Sandu.
Se han canalizado más de 15 millones de dólares en fondos rusos a más de 130.000 moldavos, y los votantes instruido sobre cómo votar y difundir desinformación sobre la UE a través de Telegram.
Shor, un magnate moldavo-israelí, fue acusado de lavar dinero y orquestar la red, a pesar de que su partido político estaba prohibido.
A pesar de estos acontecimientos, la policía confía en que cualquier interferencia no afectará significativamente el resultado de las elecciones.