ESTE es el dramático momento en que el ejército estadounidense elimina a ocho “narcoterroristas”, lo que marca la última escalada en la guerra contra las drogas de Trump.
Las imágenes muestran barcos, que se cree que transportaban drogas, estallan en llamas después de ser alcanzados por misiles estadounidenses.
El gobierno estadounidense aún no ha proporcionado ninguna prueba que demuestre que estos buques estaban involucrados en el tráfico de drogas.
Se cree que ocho personas murieron en la incursión en alta mar.
El Comando Sur del ejército estadounidense dijo que los ataques tenían como objetivo «organizaciones terroristas designadas» y mataron a tres «narcoterroristas» en el primer barco.
Otros dos murieron en el segundo barco y tres en el tercero.
Leer sobre Venezuela
ATAQUE DE SOMBRA
Estados Unidos ‘se prepara para abordar petroleros venezolanos’ y sanciona a otros seis
TAMBORES DE GUERRA
‘Eliminemos a esos hijos de puta’: Trump intensifica las amenazas de guerra contra Venezuela
Fuentes militares añadieron que el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, ordenó los ataques.
Los servicios de inteligencia afirmaron que las embarcaciones utilizaban rutas conocidas de tráfico de drogas y estaban involucradas en el tráfico de drogas.
Aún no está claro dónde se originaron estos buques, pero los ataques representan la última escalada en la actual guerra contra las drogas de Donald Trump.
En los últimos meses, Estados Unidos ha llevado a cabo varias operaciones militares en el Caribe destinadas a combatir el narcotráfico.
En los cuatro meses previos a diciembre, 23 barcos fueron atacados en 22 ataques, matando a 87 personas.
En este amargo conflicto, la Casa Blanca también se ha enfrentado a buques grandes en el Mar Caribe, incluso cerca de Venezuela.
La semana pasada, las fuerzas estadounidenses se apoderaron de un petrolero de crudo, llamado Skipper, frente a las costas de Venezuela.
Imágenes impresionantes mostraron a comandos recorriendo el barco mientras ejecutaban la jugada audaz de Trump hasta la fecha.
Al anunciar el éxito de la operación, Trump dijo: «Acabamos de apoderarnos de un petrolero en la costa de Venezuela, un petrolero grande, muy grande, el grande ja incautado, en realidad».
Cuando se le preguntó qué habría pasado con el contenido del barco, dijo: «Supongo que lo conservaremos».
En el corto plazo, la incautación podría obstaculizar las vitales exportaciones de petróleo de Venezuela.
Es probable que otros transportistas sean mucho cautelosos a la hora de cargar carga desde las costas de Venezuela, por temor a una acción similar.
A largo plazo, este podría resultar ser el primer paso hacia un bloqueo naval de Venezuela.
Por ahora, Trump mantiene sus cartas cerca de su pecho.
El gobierno de Caracas, encabezado por el presidente Nicolás Maduro, calificó la incautación del barco como un “robo flagrante” y un “acto de piratería internacional”.
El presidente Maduro insiste en que el verdadero propósito de las operaciones militares estadounidenses es sacarlo del poder.
Muchos sospechan que Trump quiere derrocar a Maduro para poder tener acceso a los vastos suministros de petróleo de Venezuela.
Se dice que Maduro vive como un hombre perseguido: duerme en una cama diferente cada noche y cambia constantemente de teléfono para evadir a posibles asesinos.
El lunes, Trump firmó una orden ejecutiva que categoriza al fentanilo como “arma de destrucción masiva”.
La orden ordena a los departamentos de Estado y del Tesoro que persigan los activos financieros y sancionen a las instituciones involucradas en el tráfico de fentanilo.
También pide una mayor cooperación entre el Pentágono y el Departamento de Justicia en todas las cuestiones relacionadas con las drogas.
Sin embargo, estos últimos ataques se producen en un momento en que crece la preocupación por las acciones militares de la administración Trump.


























