Branyas, que vivió durante las dos últimas décadas en la residencia de ancianos Santa María del Tura, en la localidad de Olot, en el noreste de España, había advertido en una publicación el martes que se sentía “débil”.
“Se acerca el momento. No lloréis, no me gustan las lágrimas. Y sobre todo, no sufráis por mí. Adonde quiera que vaya seré feliz”, añadió en la cuenta que gestiona su familia.
Guinness World Records reconoció oficialmente el estatus de Branyas como la persona más anciana del mundo en enero de 2023 tras la muerte de la monja francesa Lucile Randon a los 118 años.
Tras la muerte de Branyas, la persona viva más longeva del mundo es la japonesa Tomiko Itooka, que nació el 23 de mayo de 1908 y tiene 116 años, según el Grupo de Investigación en Gerontología de Estados Unidos.
Branyas, que vivió la gripe de 1918, la Primera y la Segunda Guerra Mundial y la guerra civil española, se contagió de Covid-19 en 2020, apenas unas semanas después de celebrar su 113.º cumpleaños y estuvo confinada en su habitación de la residencia, pero se recuperó por completo.
Su hija menor, Rosa Moret, una vez atribuyó la longevidad de su madre a la “genética”.
“Ella nunca ha ido al hospital, nunca se ha roto ningún hueso, está bien, no tiene ningún dolor”, dijo Moret a la televisión autonómica catalana en 2023.
Branyas nació en San Francisco el 4 de marzo de 1907, poco después de que su familia se mudara a los Estados Unidos desde México.
Toda la familia decidió regresar a su España natal en 1915, mientras la Primera Guerra Mundial estaba en curso, lo que complicó el viaje en barco a través del Atlántico.
La travesía también estuvo marcada por la tragedia: su padre murió de tuberculosis hacia el final del viaje y su ataúd fue arrojado al mar.
Branyas y su madre se instalaron en Barcelona. En 1931, cinco años antes del inicio de la guerra civil española (1936-39), se casó con un médico.
La pareja vivió junta durante cuatro décadas hasta que su marido murió a los 72 años. Ella tuvo tres hijos, incluido uno que ya falleció, 11 nietos y numerosos bisnietos.
Manel Esteller, parte de un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona que estudió el ADN de Branyas para determinar las causas de su longevidad, dijo al diario español ABC en octubre de 2023 que estaba sorprendido por su buena salud.
“Tiene la mente completamente lúcida, recuerda con una claridad impresionante episodios de cuando tenía tan solo cuatro años y no tiene ninguna enfermedad cardiovascular, algo habitual en la tercera edad. Lo único que tiene son problemas de movilidad y de audición. Es increíble”, afirma el profesor de genética.
La persona verificada de mayor edad que haya vivido fue la francesa Jeanne Louise Calment, que murió en 1997 a la edad de 122 años y 164 días.