Las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 van camino de ser las más costosas de la historia moderna.
Cuando Joe Biden abandonó la carrera de 2024 en junio y respaldó a la vicepresidenta Kamala Harris para enfrentar al expresidente Donald Trump, desencadenó un enorme flujo de efectivo hacia los demócratas. En las 24 horas posteriores a que Harris anunciara su candidatura, 81 millones de dólares inundaron su fondo de campaña.
La campaña de Harris ha sido una importante fuente de ingresos para el Partido Demócrata. Estableció un nuevo récord, recaudando mil millones de dólares en tres meses. Entró en octubre con una enorme ventaja monetaria sobre Trump, después de haber superado en recaudación al candidato del Partido Republicano casi tres a uno en septiembre, recaudando 378 millones de dólares. Harris también ha superado a Trump en la batalla por los pequeños donantes.
A pesar de tener un fondo de guerra más pequeño, Trump todavía tiene mucho dinero, ya que recaudó 160 millones de dólares en septiembre. En un evento de junio, Trump se llevó 50 millones de dólares después de dirigirse a los donantes durante aproximadamente 45 minutos. Y gracias a su base leal, cuando fue declarado culpable de falsificar registros comerciales en mayo, Trump utilizó su condena para recaudar 52,8 millones de dólares en aproximadamente 24 horas, según su campaña. Trump también aprovechó un intento de asesinato y su foto policial de Nueva York para extraer millones de los donantes.
¿Cuáles son las reglas de financiación?
En Estados Unidos, el financiamiento de campañas está regulado por una serie de leyes cuyo objetivo es prevenir la corrupción y al mismo tiempo promover la transparencia. La Comisión Federal Electoral (FEC) hace cumplir estas reglas.
Los individuos, organizaciones y empresas pueden contribuir a las campañas políticas, pero existen límites sobre cuánto pueden donar directamente a los candidatos.
Los individuos suelen contribuir con la mayor parte de los fondos de campaña de cualquier candidato. Los donantes más ricos tienden a dar más. Legalmente, las personas pueden donar hasta $3,300 por candidato, por elección en el ciclo 2024.
Ambos partidos tienen comités a nivel federal y estatal que también recaudan dinero. Los candidatos también pueden autofinanciarse, como lo ha hecho parcialmente Trump en el pasado.
¿Qué es un súper PAC?
Hay formas de eludir los límites de contribución: los comités de acción política (PAC) y los súper PAC, que desempeñan un papel monumental en las elecciones estadounidenses. Los PAC reúnen las contribuciones de los miembros y las donan a campañas, con límites de 5.000 dólares por candidato al año. Los PAC a menudo representan industrias como la petrolera o la aeroespacial, o se centran en temas como el cambio climático o los derechos de posesión de armas.
Los Super PAC, creados tras un fallo de la Corte Suprema de 2010, están financiados por individuos, sindicatos y corporaciones. A diferencia de los PAC, pueden donar cantidades ilimitadas a organizaciones independientes vinculadas a un candidato, pero no pueden donar ni coordinar directamente con campañas.
Y esa libertad permite a los ricos inyectar todo el dinero que quieran para apoyar a su candidato preferido. Hasta ahora, el gasto externo de estos grupos ha totalizado aproximadamente 2.800 millones de dólares desde 2010, según OpenSecrets, un grupo no partidista que rastrea el dinero en la política. Gran parte de ese dinero financia publicidad, envíos por correo, campañas de sondeo y presencia en línea.
¿Cuál es el impacto?
La influencia del dinero en la política genera preocupación. Los Super PAC abren especialmente la puerta a contribuciones significativas, y a menudo plantean dudas sobre si las elecciones reflejan realmente la voluntad del pueblo o la de los donantes de élite.
Elon Musk, el controvertido multimillonario tecnológico (y la persona más rica del mundo) que respaldó a Trump, anunció en julio que planeaba donar alrededor de 45 millones de dólares mensuales al America PAC, un súper PAC que él mismo creó y que apoya a Trump. Sus esfuerzos de recaudación de fondos, centrados en el registro de votantes y la votación anticipada en estados en disputa, han sido objeto de escrutinio. Mientras tanto, Miriam Adelson, la multimillonaria conservadora, donó 95 millones de dólares a otro súper PAC que apoya a Trump, informó CNN.
El aumento del “dinero oscuro” (contribuciones que no requieren revelar a los donantes) también ha hecho que sea más difícil lograr la transparencia. OpenSecrets informó de un “aumento sin precedentes” de dinero oscuro durante los ciclos de 2023 y 2024, que podría superar los 660 millones de dólares de fuentes desconocidas en 2020.
¿Qué se está haciendo?
La reforma del financiamiento de campañas podría ayudar a equilibrar la balanza, pero los esfuerzos que abogan por límites más estrictos a las donaciones, transparencia y financiamiento público no han ganado fuerza a nivel federal.
En 2022, el presidente Biden calificó el dinero negro como una amenaza “grave” para la democracia e instó al Congreso a aprobar un proyecto de ley de financiación de campañas que exigía a los grupos políticos revelar a los grandes donantes. Los republicanos del Senado bloquearon el proyecto de ley. Sin embargo, existen iniciativas estatales que ayudan a equilibrar la balanza. La ciudad de Nueva York tiene un sistema público de contrapartida, en el que las pequeñas donaciones se igualan con fondos públicos, amplificando las voces de los contribuyentes más modestos sobre las de los grandes donantes.
Otros esfuerzos, como la Ley de Anuncios Honestos, tenían como objetivo hacer que la publicidad política fuera más transparente, proporcionando más información sobre las personas que compran los anuncios. Se incorporó a la Ley de Libertad de Voto, pero no logró ser aprobada por el Senado de los Estados Unidos.