Pero el presidente saliente, que hizo de la reconstrucción de la base manufacturera estadounidense un objetivo importante de su administración, anunció el viernes que estaba bloqueando la adquisición, diciendo que amenazaba la seguridad nacional.
El anuncio generó duras críticas tanto de las empresas como de Tokio.
Las compañías dijeron que el organismo que revisó el acuerdo, el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS), «no llevó a cabo un proceso de revisión regulatoria de buena fe y centrado en la seguridad nacional».
Las siderúrgicas piden a los tribunales que ordenen una nueva revisión de la fusión propuesta.
El lunes, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, instó a Washington a disipar las preocupaciones de que el bloqueo del acuerdo por parte de Biden podría afectar futuras inversiones.
La transacción fue un elemento destacado de la campaña presidencial de 2024, dados los vínculos de US Steel con Pensilvania, un estado políticamente crítico y cuna de la industria siderúrgica estadounidense.
En una entrevista con el diario económico Nikkei, el vicepresidente de Nippon Steel, Takahiro Mori, afirmó que su empresa «no retrocederá después de haber sido tratada de manera irrazonable. Lucharemos con uñas y dientes».
El proceso de revisión del CFIUS «careció de integridad», afirmó, añadiendo que «la decisión se dejó en manos del presidente (Biden) sin ninguna consulta sustancial» con las empresas.