Estos vergonzosos fallos de personalidad estaban a la vista de quienes lo conocieron. Antes de las elecciones de 2016, un grupo de 50 exfuncionarios de seguridad nacional emitieron una declaración: “Un presidente debe ser disciplinado, controlar las emociones y actuar sólo después de una reflexión y una deliberación cuidadosa… Trump no tiene ninguna de estas cualidades críticas”.
Añadió: “Él no fomenta puntos de vista contradictorios. Carece de autocontrol y actúa impetuosamente. No puede tolerar las críticas personales. Ha alarmado a nuestros aliados más cercanos con su comportamiento errático”.
El enigma es por qué un hombre así atrae el apoyo incondicional de un ejército tan grande y leal de “guerreros conservadores”, mantiene esclavizado al Partido Republicano y, por tanto, domina la atención de los medios. ¿Cómo es posible que sus transgresiones empresariales y morales sólo parezcan reforzar la lealtad de sus partidarios y las arcas de sus fondos de campaña?
Si Trump termina ganando las próximas elecciones presidenciales, no puede ser porque los votantes no tengan claro lo que está por venir. Su manifiesto se mantendría prácticamente sin cambios desde 2016, además de que estaría mejor preparado y tendría un tiempo generoso reservado para “represalias” contra aquellos que lo han traicionado o “traicionado”.
“Drenar el pantano” ocupará un lugar destacado en la agenda, y gran parte del gobierno estará en el punto de mira, en particular los departamentos de Estado, de Defensa y de Justicia, la CIA y la Oficina Federal de Investigaciones. El año pasado, Trump pronunció: “El FBI y el Departamento de Justicia se han convertido en monstruos feroces controlados por sinvergüenzas, abogados y medios de comunicación de izquierda radical, que les dicen qué hacer”.
Grupos de expertos como el Center for Renewing America, el America First Policy Institute y el Conservative Partnership Institute han estado desarrollando la estrategia del “Proyecto 2025” de Trump y construyendo su “Agenda 47”.
Esto incluye algunas ideas fantásticas como “ciudades de la libertad” que estarían fuera de la red regulatoria del país, ciudades de tiendas de campaña para personas sin hogar, programas para que los maestros de escuelas estatales “adopten los valores patrióticos” y el reemplazo de funcionarios públicos profesionales por personas designadas políticas y leales a Trump.
En política exterior, los planes incluyen aranceles básicos universales, recortes en la ayuda internacional, incluyendo quizás a Ucrania, y la retirada de organizaciones multilaterales que podrían incluir a la OTAN y la Organización Mundial del Comercio.
¿Existe una mejor opción que Biden o Trump tanto para Estados Unidos como para China?
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Después de sólo tres años de Biden como presidente, el mundo aún tiene que recuperar la confianza en la preferencia de Estados Unidos por un compromiso diplomático civilizado y consistente. La mera posibilidad de que Trump regrese a la Oficina Oval hará que esa tarea sea aún más difícil.
David Dodwell es director ejecutivo de la consultora de política comercial y relaciones internacionales Strategic Access, centrada en los desarrollos y desafíos que enfrenta Asia-Pacífico durante las últimas cuatro décadas.