Junto con los asiáticos orientales, los indios han sido aclamados durante mucho tiempo como una minoría modelo en Estados Unidos. Muchos de ellos están altamente capacitados, trabajan duro, no se meten en problemas y se integran a la sociedad estadounidense. No obstante, se han convertido en un objetivo para la extrema derecha estadounidense, lo que plantea dudas sobre las ambiciones de Estados Unidos de mantener su estatus de superpotencia.
En la década de 1960, Estados Unidos comenzó a flexibilizar las leyes de inmigración, en parte para atraer talentos de todo el mundo. Este proceso condujo a la entrada de un número significativo de científicos, médicos y, finalmente, ingenieros de software indios.
Obtener la visa H1-B es la vía legal para muchos indios que ingresan a los EE. UU. Cada año se reparten un total de 85.000. Más del 70 por ciento de ellos se han emitido a ciudadanos indios, mientras que el 12 por ciento se han emitido a solicitantes de China.