Como diplomático, he viajado a muchos lugares: desde el continente europeo hasta los desiertos del Medio Oriente, desde las selvas tropicales de América del Sur hasta las costas norte del Golfo de Guinea. He sido testigo del rápido crecimiento económico en países pacíficos, y también de la devastación provocada por la agitación y el conflicto.
Lo que vi apunta a una verdad profunda pero simple: la estabilidad o el desorden, la prosperidad o la pobreza de una nación están estrechamente ligados al estado de su seguridad.
Hace siete meses retomé mi puesto en hong kong. Si comparamos la ciudad con un libro, durante ese tiempo he pasado cada día estudiando sus páginas, desde las cuales escuché los gritos angustiosos de Hong Kong durante su ocupación colonial. Al mismo tiempo, me sentí profundamente inspirado por su Espíritu de la Roca del León de resiliencia y determinación.
A pesar de todos los desafíos y dificultades, la ciudad sigue brillando. Hoy, Hong Kong rebosa nuevo vigor y vitalidad en un entorno seguro donde se defiende el estado de derecho y su espíritu. El gobierno de Hong Kong, junto con diversos sectores de la sociedad, está realizando esfuerzos concertados para liberar la inmensa creatividad y el potencial de desarrollo que hay aquí, redactando un nuevo capitulo de “un país, dos sistemas”.
Como sugiere un dicho chino, “nada es más beneficioso que la estabilidad y nada es más perjudicial que la agitación”. El 2019 turbulencia en Hong Kong sirve como claro recordatorio de que la prosperidad sin seguridad es tan frágil como una burbuja.
de hong kong ley de seguridad nacionalimplementado en 2020, tiene como objetivo defender la justicia y restaurar la paz, y crea una sensación renovada de seguridad y oportunidades para los residentes y los inversores extranjeros. El Ordenanza de salvaguardia de la seguridad nacionalaprobado a principios de este año, consolida aún más el marco legal de Hong Kong para proteger la seguridad nacional, sentando una base más sólida para el desarrollo.