Hablar de un recorte de tipos por parte de la Reserva Federal ha sido un apoyo psicológico para los mercados de activos durante dos años. Los mercados esperaban hasta seis recortes a principios de año, pero las expectativas han fluctuado desde entonces. La Reserva Federal ha seguido el juego porque quiere que los precios de los activos se mantengan altos, lo cual es clave para el modelo económico estadounidense.
Sin embargo, las bromas tienen sus límites. Cuando la burbuja de la inteligencia artificial parecía estar en problemas el mes pasado, los mercados buscaban recortes de tasas para calmar los nervios. La Reserva Federal está de acuerdo con ellos; quiere que los especuladores crean que siempre estará ahí para apoyarlos.
Las expectativas sobre las tasas suelen ir acompañadas de discusiones esotéricas sobre cómo equilibrar el empleo y la inflación; no se deje engañar por el marketing. Cuando una economía flota sobre una enorme burbuja, ambas se derivan de la inflación de los activos. El mercado de activos es el elefante en la habitación. La inflación es su efecto de contagio.
La baja inflación ha sido una gran mentira en Estados Unidos. Los precios medios de la vivienda en ese país han aumentado un 3,6% anual en las últimas dos décadas, los costes de la atención sanitaria un 3% y los precios de los coches nuevos un 3%. Estos costes han seguido una clara tendencia al alza, lo que implica una presión inflacionaria persistente.